Por Christian Ginko
El
entrenador llegó prometiendo cosas que fue incumpliendo con el correr de los
partidos, y cada día queda un poco más expuesto.
El ciclo de
Julio Vaccari es, probablemente, uno de los más turbulentos. Había empezado
mal, pero los triunfos con Estudiantes y Rosario Central tras la habilitación
de los refuerzos prendieron una luz de esperanza. Sin embargo, el equipo no
consigue el nivel esperado, y los resultados son tan irregulares como sus
decisiones.
Una de sus
grandes contradicciones gira en torno a los chicos. Post Huracán, el entrenador
afirmó:
“Hay
momentos y situaciones que no son favorables para determinados futbolistas.
Lautaro Millán necesita mucho más tiempo, y ponerlo o exponerlo a partidos de
este calibre sería muy contraproducente para el colectivo y para el individual
del chico”. Sin embargo, cuando el Rojo caía 2-0 con Newell’s, decidió hacerlo
ingresar a él y hacer debutar a Jonathan De Irastorza. ¡Dos semanas le duró el
discurso!
Y en cuanto a Zamba, tampoco se entiende. El juvenil no era ni citado por el DT, ni siquiera con Deportivo Riestra o Unión, partidos que Independiente ganó tranquilo (y con el Malevo no tuvo lateral izquierdo suplente, ya que Adrián Spörle estaba lesionado). Ahora lo concentró dos veces seguidas, y lo hizo debutar en el peor momento.
Los
extremos no están exentos de las locuras del DT. Santiago Montiel, que jugaba
por izquierda en Argentinos, pasó a hacerlo por derecha, mientras que Santiago
López lo hacía por la otra banda. Según Vaccari, ellos se sentían más cómodos
así, pero terminó cambiando: hoy la Joya ni es citada, y Montiel venía jugando
por la izquierda hasta la lesión.
Otro
problema del propio entrenador, son las decisiones durante el partido, que
tampoco se condicen con sus dichos (o al menos con lo que quiere hacer creer).
Jhonny Quiñónez no iba a ser tenido en cuenta, y aunque a veces lo coloca,
llegó a ponerlo durante el partido con el Bicho para luego sacarlo en el
segundo tiempo. Lo mismo había hecho la fecha anterior, cuando hizo entrar a
Millán para sacarlo después.
Santiago Toloza es otro de los casos raros de Julio Vaccari. El cordobés, con problemas de conducta, no era considerado por él debido a su falta de compromiso. Ya lo había hecho ingresar con Independiente Rivadavia, y su actuación fue lamentable. Ahora, tanto con Gimnasia como con Newell’s, volvió a jugar. En el medio, varios partidos sin ser siquiera citado. Inentendible.
Hace
algunos meses, cuando le consultaron por Matías Giménez Rojas, el entrenador
mismo había expresado que lo pensaba para 2025. El sanjuanino se recuperó hace
poco y, con menos de cinco partidos en Reserva, ingresó con la Lepra cuando ya
no había nada que hacer.
Tampoco se
entienden los cambios de concentrados entre los partidos. Para Gimnasia, había
sacado a Alexis Canelo e incluido a Tomás Parmo y Federico Mancuello (que
estaba lesionado y no llegaba). Sin embargo, ninguno de los dos estuvo con el
Lobo, y ante Newell’s los sacó para que vuelva Canelo.
Son varias
las contradicciones que lleva Vaccari desde que llegó, algunas peores que
otras. Mantiene el mismo esquema, casi los mismos artífices, obtiene los mismos
resultados, y el intento por defenderlo lo lleva a tomar decisiones que ni él
mismo termina de entender. Lo cierto es que, si él está confundido, los
jugadores también lo van a estar, y así se hace difícil competir.
Fuente
Infierno Rojo
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