Por Guido Sacarelo
Independiente tuvo un debut feliz en Córdoba, donde los de
Leandro Stillitano se impusieron en el primer encuentro oficial del año. ¡Un
arranque que trae seguridad!
Este sábado por la tarde Independiente se jugaba una brava,
tenía que hacer su debut en el torneo profesional, jugando en un estadio tan
difícil como lo es el Mario Alberto Kempes. Allí el Rey de Copas llegó, con sus
armas y logró llevarse una necesitada y trabajada victoria, en la que se vieron
algunas cosas positivas.
Algunas cosas quedaron claras este sábado, no solo que los
tres puntos sirvieron, sino que se vio al detalle al equipo, el cual, si bien
ya había mostrado ciertas cosas en la pretemporada, ello dista mucho de lo que
puede traer la competencia oficial. Los de Stillitano dieron la clara prueba
del buscar proponer, queriendo llegar en un grupo a los últimos ¾ del terreno
de juego rival, con Rodrigo Márquez y Tomás Pozzo como los puntales en el
desequilibrio.
No obstante, cuando no se pudo generar el equipo se puso el
morro de trabajo y peleó el partido, metiendo y demostrando compromiso, con el
entrenador no titubeando a la hora de tener que hacer ciertos cambios, tales
como la desventaja numérica que se sufrió instantes después del gol; que, dicho
sea de paso, nunca dejó un desequilibrio en cancha para el Rojo.
De esta forma Independiente consiguió tres unidades
indispensables, con un plantel que demostró lo que Stillitano reseñaba en
conferencia de prensa previo al inicio de torneo:
“Quiero un equipo que entienda las distintas etapas de
juego”. Si bien lo obtenido es auspicioso, aún queda mucho por construir, en un
grupo con numerosos jugadores nuevos y un más que largo torneo.
Fuente Infierno Rojo
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