Por Christian Ginko
Independiente se lució ante Everton y lo derrotó 2-0 con
goles de Tomás Pozzo y Mauricio Cuero.
Partidazo de Independiente el que se vivió en San Juan. Con
varios suplentes y algunos refuerzos, el Rojo enfrentaba a Everton en un duelo
que le permitiría a Leandro Stillitano seguir probando futbolistas mientras
define el equipo. Lo cierto es que, en la cancha, los únicos que parecieron
estar jugando un amistosos fueron los chilenos, porque el más grande los pasó
por arriba.
De arranque se notaron las intenciones del Diablo. Con Kevin
López punzante y buenas intervenciones tanto de Tomás Pozzo como de Mauricio
Cuero, los de Avellaneda comenzaron a inclinar la cancha a su favor. Así fue
que, llegando a los 25 minutos, Fernando Espinoza pitó un penal que Pozzo
cambió por gol y puso el 1-0.
Independiente siguió durmiendo a Everton, y cada subida
llevaba peligro. Superior en el mediocampo, los dirigidos por Leandro
Stillitano hacían tambalear el fondo de los trasandinos. Así, a los 43 minutos,
Espinoza cobró un tiro libre lejano, que parecía darle cierto respiro al rival.
Sin embargo, lejos estuvo de no ser peligroso, y Mauricio Cuero metió un
bombazo con la derecha que se coló contra el palo. ¡Golazo para poner el 2-0!
El complemento, a diferencia de la primera parte, apenas
mostró a Everton con algo más de reacción, y con alguna que otra llegada peligrosa.
Lo único trascendental fue un penal absurdo cobrado por el árbitro, en el que
Diego Segovia se vistió de héroe y se lo contuvo a Lautaro Pastrán para hacer
justicia luego de la pésima decisión arbitral.
Al finalizar el duelo, las sensaciones fueron mucho mejores
que contra Boca. Más allá del resultado final y del rival, se vio a un
Independiente con más juego, más fútbol, y por sobre todas las cosas,
futbolistas inteligentes a la hora de decidir. Ahora quedan algunos amistosos
de por medio, y en unas semanas arrancará el torneo. ¡A seguir así, Rojo!
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