Por Christian Ginko
Independiente volvió a mostrar una imagen pálida e igualó
1-1 con Lanús.
Partido trabado en el Néstor Díaz Pérez. Tanto Independiente
como Lanús llegaban necesitados, y lo que se esperaba, fue lo que se vio en la
cancha: Dos equipos totalmente disfuncionales, sin ideas, que maltrataron la
pelota. Raro de un equipo dirigido por Frank Kudelka, no así de Julio Falcioni,
pero fue lo que se dio.
De arranque, la batalla estuvo en el mediocampo. Ambos
intentaban jugar a la tenencia de la pelota, aunque el Granate se mostraba un
poco más decidido, más profundo, mientras el Rojo esperaba. Sin embargo, al Rey
de Copas le salió mal la estrategia: A los 20 minutos, y luego de una pelota
aérea, Franco Troyansky recibió solo y habilitó a José Sand. El Pepe, como
siempre, facturó y puso el 1-0.
Extrañamente, lo que debió haber sido un golpe duro para
Independiente, lo fue para el propio Lanús. De ahí en adelante, el Rojo empezó
a tener la pelota, y el local no lograba recuperarla. Aún así, y pese al
dominio de la misma, los de blanco no tenían ideas para atacar a una defensa
que aguantaba como podía. Así, entonces, culminó el primer tiempo, con el gol
como lo único interesante.
En el complemento, la ecuación no varió: El Diablo continuó
con la tenencia de la pelota, mientras que Lanús se replegó más atrás, y empezó
a aguantar. Lejos de cualquier pronóstico, parecía que Kudelka era el DT del
elenco de Avellaneda, y Falcioni era el del Granate.
Sin embargo, Independiente no conseguía ser profundo, pese a
que la derrota era injusta no por el juego sino porque Lanús tampoco hacía nada
para llevarse los tres puntos. Así fue, entonces, que llegó la igualdad sobre
el final. Luego de una pelota aérea, Juan Insaurralde cabeceó al área. Ahí
apareció Leandro Benegas, que conectó de cabeza y, con suspenso, puso el 1-1.
Luego de una revisión en el VAR por el choque entre Facundo Ferreyra y Fernando
Monetti, Facundo Tello lo convalidó.
Una vez que Tello pitó el final, el empate fue lo más justo
para un duelo aburrido que, de suerte, tuvo dos goles. El Rojo sigue en deuda
no solo con el juego, sino también con los resultados, y ahora se viene Huracán.
Es imperioso que el equipo cambie la cara y empiece a ganar más seguido, de lo
contrario, volverá a sufrir a futuro. ¡Despiértense!
Fuente Infierno Rojo
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