Domingo Blanco fue la figura ante Boca y confirmó así su
nivel sostenido en el equipo. Es el eslabón entre la marca y el ataque y sabe
desempeñarse en diversos roles en el campo. De lo mejor del semestre.
En silencio y con un trabajo que se basa en la consistencia de un nivel más allá de los problemas globales del equipo, Domingo Blanco fue de menor a mayor construyendo un muy buen año en lo estrictamente personal. Claro que su labor se magnificaría mucho más en un contexto colectivo positivo. Pero la realidad es otra. Y de todos modos, la labor que viene desempeñando este volante de 26 años en la temporada es de lo mejor del Rojo. En la noche de la victoria ante Boca, Mingo fue el mejor plantado como único volante posicional y confirmó su capacidad de adaptarse y rendir en cualquier lugar del mediocampo.
Ante la ausencia de Lucas Romero, Julio Falcioni eligió
ubicar a Blanco como cinco clásico y dejar a Carlos Benavídez -que podría
cumplir ese rol más naturalmente- como interior derecho. La ecuación le dio
resultado al Emperador. El nacido en Punta Alta (Buenos Aires), fue el gran equilibrista
del círculo central rojo, algo que viene haciendo también cuando le toca
repartir ese sector con el Perro como doble cinco.
Dio 23 pases precisos de 29. Cometió apenas tres faltas.
Tuvo dos intercepciones. Ganó diez duelos de 15.
Y contabilizó seis recuperaciones, según estadísticas
suministradas por @DataRef. Después de no pasarla tan bien en la primera parte
cuando Boca tuvo sus momentos de presión y llegadas, su figura se acrecentó
sobre todo en el segundo tiempo, cuando el local mantuvo el orden y la
concentración para defender y cerrar todo tipo de caminos hacia
el arco de Sebastián Sosa.
Mingo es el equilibrista de este Independiente. A veces con
sus ganas y despliegue no es suficiente, queda a las claras. Pero este volante
se las rebusca para sostener un nivel y ser regular en un contexto adverso. A
su juego de buen pie, con pases que pocas veces caen en pies ajenos y no llegan
a buen destino, le agregó mayor marca. Es el eslabón entre la defensa y la
creación.
Una de sus mayores virtudes es la capacidad para ser
multifacético. Blanco supo ocupar diversos puestos ya sea en la contención como
más en ataque. Fue cinco, doble cinco, volante interior y hasta más abierto por
la derecha. Más atrás en el tiempo y con otros entrenadores también tuvo su etapa
de extremo. Nunca bajó los brazos y se empeñó en cumplir con la tarea de cada
posición, a
veces con mejor suerte que otras.
Junto con Sebastián Sosa y Sergio Barreto, Domingo Blanco
completa el podio de los más regulares del plantel de Independiente en este
2021 complicado futbolísticamente, pero que tras la victoria en el clásico
todavía lo tiene a tiro de la clasificación a la Copa Libertadores. Rendidor y
constante, Mingo se ganó su lugar y lo sostiene donde sea que lo pongan.
Fuente Infierno Rojo
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