Independiente volvió a jugar mal ante un débil Central
Córdoba que con poco le alcanzó para ganarle el encuentro por la mínima
diferencia. Repasaremos, a continuación, los principales motivos que decantaron
en el resultado final.
Los horrores de Echenique: las tres polémicas de la noche
perjudicaron al Rojo. Gol de Silvio Romero mal anulado a instancias de Iván
Núñez, asistente 2, penal a Domingo Blanco no sancionado y una roja que el juez
no le sacó a Jesús Soraire por un codazo descalificador a Andrés Roa.
Déficit en la creación: a lo largo de los 90 minutos, el
Rojo tuvo solo dos chances netas de gol sacando el offside. Primero Domingo
Blanco hizo lucir a César Rigamonti y luego Rodrigo Márquez con un disparo a
las manos del arquero. Nula rebeldía ante el resultado adverso.
Poca claridad en las salidas: Central Córdoba atoró bien al
Rojo cuando quiso construir desde Sebastián Sosa. Ante la presión alta y la
imprecisión de sus jugadores, el Rey de Copas se vio obligado a tirar muchos
pelotazos a sus atacantes que si algo no tienen es altura. Así perdió muchas
pelotas.
Bajos rendimientos individuales: Lucas Romero –el peor de la
cancha– y Lucas González nunca pudieron marcar presencia. A Juan Insaurralde se
lo notó muy fastidioso, los laterales perdieron mucho en defensa y los extremos
ni gravitaron. Ni las individualidades lo salvaron.
Los cambios: no le aportaron el lavado de cara que
necesitaba el equipo, en parte por el contagio negativo que traía el Rojo a
cuestas y en parte por los pocos minutos que los hace jugar Falcioni a
jugadores como Jonathan Herrera, por ejemplo.
Fuente LxR
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.