El encuentro dio comienzo con imprecisiones por parte de
ambos equipos, pero las intenciones de Independiente eran claras: lastimar al
equipo de Junín con ataques por las bandas. A priori el Rojo lastimaba.
Sin embargo, a los 5 minutos llegó el primero del conjunto
local. Tiro libre de Alan Soñora por el sector derecho, se pasaron todos y la
pelota le quedó a Lucas Romero, que solo la tuvo que empujar. 1 a 0 para
Independiente.
El encuentro se mantuvo, en los minutos posteriores, en una
especie de stand-by donde ambos equipos se repartían la posesión de la pelota.
Todo se mantenía igual hasta los 32 minutos, cuando Gabriel
Graciani encaró por la derecha. Juan Insaurralde lo esperó pasivamente.
Graciani se acomodó y lanzó un centro a la cabeza de Luciano Gondou, quién
metió un frentazo y la clavó en el ángulo de Sebastián Sosa. 1 a 1 y bronca.
Independiente no defendía bien y ya era todo tensión y
presión para el Rojo. Así culminaron los primeros 45 minutos de juego. Un
empate triste y gris. Muchas intenciones, pocas concreciones.
El complemento fue una continuación de los últimos minutos
del primer tiempo. Independiente no generaba peligro y, llegando a los 10
minutos de juego, el visitante daba indicios de estar mucho mejor que el
local. Las irregularidades y los grises
se adueñaban del partido. Se repartían los momentos.
Llegando a los 25 minutos de juego, la sintonía del juego
seguía igual. Un partido trabado y sin un actor principal. Independiente no
hacia pie. Pases horizontales y para atrás, totalmente intrascendentes y sin
peligro alguno. El panorama era oscuro.
Así se esfumo un nuevo partido en el que Independiente deja
una fea imagen. Jugando mal, dando pases incorrectos, sin ideas claras. Triste.
Por la Fecha 18, Independiente recibe a Unión, el próximo lunes, desde las
21:15 horas, en el Libertadores de América.
Fuente Infierno Rojo
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