El equipo de Julio César Falcioni inició el torneo de una
gran manera, donde mostró un equipo opuesto al del semestre pasado, asumiendo
más riesgos y proponiendo lastimar con intérpretes que captaban bien su idea,
saliendo a buscar el arco de enfrente y llevándose por delante a los rivales en
varios partidos.
Lamentablemente como viene pasando hace años, cuando el
plantel estaba para dar el gran salto y demostrar que se podía pelear el
campeonato con un acortado plantel, allí se desdibujó todo. El Rey de Copas
finalizaba la fecha nueve tras vencer a Colón por 3-0 en un excelente partido y
debía visitar a River, contra el cual haría un excelente primer tiempo y se
quedaba en el segundo, sacando un 1-1. Desde allí dio comienzo la debacle.
El Rojo que culminaba la novena fecha con 18 puntos, uno
menos que Lanús y Talleres, los punteros del torneo sufrió un bajón anímico
donde cosechó 6 puntos de 18 posibles, donde no solo no pudo ganar en varios
partidos, sino que mostró una mala versión. En ese lapso sucedieron varias
situaciones.
Venta de Sebastián Palacios: El Tucu se fue al Panathinaikos
de Grecia post partido ante Colón, desde allí trató de remplazárselo con Braian
Martínez y Andrés Roa, los cuales nunca pudieron darle al equipo un peligro.
Un medio que mutó para mal: Independiente había encontrado
la fórmula ganadora en el medio, con Alan Soñora y Domingo Blanco que le daban
al equipo volumen ofensivo y buena elaboración, con chispa y velocidad. Tras el
retorno de Lucas Romero post lesión, el nivel decayó, con un Perro que tiene la
calidad para jugar, pero en este momento no encuentra su nivel.
La lesión del colombiano: Si bien es indudable que el
colombiano es muy resistido por la gente por su temple en el campo de juego, es
indudable que desde su lesión el equipo perdió peso en ofensiva. El colombiano
salió lesionado en el entretiempo ante Lanús, en la fecha 11, desde allí el
equipo decayó claramente. Para colmo, la vuelta del Parcero post lesión fue muy
mala.
Incapacidad de rebelarse: En un equipo que bajó su
rendimiento para mal, no se encuentra sociedades para avanzar con pelota y
profundizar, tampoco alguien que con gambetas pueda sacarse un hombre de
encima. A esto hay que agregar que el banco cuenta con muchos jóvenes, y como
dice la palabra ellos no pueden ser los salvadores, solo acompañar y llevar de
a poco.
Fuente Infierno Rojo
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