Tras el gran arranque de Sebastián Sosa, en Olé repasamos históricos uruguayos guardianes de los tres palos, con Carlos Goyén como máximo exponente. Mirá...
Sebastián Sosa tenía la vara alta pero no se apichonó. El
arquero demostró en sus dos primeros encuentros defendiendo los tres palos de
Independiente que tiene jerarquía de sobra para quedarse con el puesto,
manteniendo la valla invicta tanto en su estreno con Atlético Tucumán por
Sudamericana, como así también frente a Central Córdoba. De hecho, en Santiago
del Estero la rompió toda. No sólo dejó tranquilos a los hinchas del Rojo tras
la polémica partida de Martín Campaña, sino que también aspira a repetir la
gesta de varios de sus compatriotas en el arco del Diablo. Y en Olé repasamos
uno por uno todos los uruguayos guardianes del arco de los de Avellaneda...
Las tres atajadas claves de Seba Sosa
Y es que son varios los charrúas que defendieron los tres
palos de Independiente. Por supuesto, el más destacado es el ídolo Carlos
Goyén, quien estuvo en el club entre 1981 y 1985 y atajó 210 partidos, llegando
a su clímax en la final de la Intercontinental de 1984 frente a Liverpool de
Inglaterra (victoria 1-0 con gol de José Percudani y una gran actuación del
golero). También ese mismo año fue el arquero de la séptima Libertadores que
conquistó el Rojo y fue campeón del torneo local en 1983. Hace poco, además,
bendijo la incorporación de Sosa:
"Lo conozco desde Peñarol. Fue fundamental en el
Carbonero. Tuvo un muy buen pasaje por el fútbol argentino y ahora en México lo
consideraron como el mejor arquero de la liga".
Pero si bien Goyén marcó una era en el arco del Diablo, hubo
un antes y un después de arqueros uruguayos en el club. El primero, Juan Carlos
Leiva, de larguísima trayectoria en Nacional y que se sumó a Avellaneda en
1960, aunque sólo disputó un partido oficial. Luego llegó Roger Bernardico,
proveniente de Peñarol, en 1961. Alcanzó a atajar 21 encuentros, aunque nunca
se afianzó en el puesto y le faltó continuidad.
En 1973, Independiente se reforzó con Jorge Phoyú, pero no
pudo romper con lo que venían mostrando sus antecesores que arribaron desde el
otro lado del charco: sólo disputó un partido. Un poco más cerca en el tiempo
apareció un nombre más conocido: Jorge Fosatti. Vistió el buzo del Rojo en 20
ocasiones durante la temporada de 1981.
Goyén sí se afianzó, se convirtió en ídolo y, a la vez, le
abrió las puertas a otros compatriotas. Al poco tiempo de su partida se sumó
Eduardo Pereira, adquirido en 1988 tras ser campeón de la Libertadores el año
anterior con Peñarol. Estuvo hasta 1990 y se ganó su estrella: fue el arquero
del Rojo que dio la vuelta olímpica en la temporada 88/89.
Hubo que esperar 26 años para volver a ver a un uruguayo
bajo los tres palos de Independiente y sucedió cuando Martín Campaña le
arrebató el puesto al Ruso Rodríguez para no soltarlo más. Campeón en el
Maracaná de la Sudamericana 2017 y capitán en el último tiempo, terminó yéndose
por la puerta de atrás, enfrentado por la actual dirigencia.
Ahora es el turno de Sosa y sus primeros pasos fueron
auspiciosos. ¿Podrá repetir lo que hicieron sus últimos compatriotas?
Fuente Olé

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