Independiente se paró en el campo de juego, pero pensó
demasiado en el miércoles. Un primer tiempo somnífero y un complemento sin
emoción. Perdió una gran chance para cerrar el grupo.
Esta vez, no hubo gol en contra que ayude a Independiente
frente a Central Córdoba. El Rojo volvió a mostrar un rendimiento apático y
prácticamente no creó situaciones de gol para quedarse con tres puntos que
hubiesen sido claves en la Zona 2 de la Copa de la Liga Profesional.
Lucas Pusineri paró un mediocampo tan lento e impreciso que
contagió a todos los demás. Entre Pablo Hernández, Andrés Roa y Carlos
Benavidez no le dieron ritmo, ni tampoco creación de juego a un conjunto que
los necesitaba como protagonistas.
Además, Federico Martínez y Braian Martínez estuvieron
absolutamente erráticos. Para avanzar, para buscarse y para definir; tanto que
apenas asistieron una vez a Nicolás Messiniti, que la tiró afuera de zurda. A
este Independiente le falta un estilo más dinámico, con otra búsqueda, con más
riesgos de mitad de cancha hacia adelante.
A nivel defensivo sostuvo la solidez y la solvencia, más
allá de algún que otro intento del Ferroviario, pero Milton Álvarez apenas si
tocó la pelota. En definitiva, un partido para irse a dormir temprano, para el
bostezo.
Ya fue demasiado tarde cuando Pusineri quiso torcer la
historia con los ingresos de Alan Soñora, Alan Velasco y Tomás Pozzo, que hizo
su debut con la camiseta del Rojo. Pareció que pensar en el partido del
miércoles contra Fénix se fue de las manos. ¡No pasó prácticamente nada!
Fuente Infierno Rojo
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