Independiente se trajo solo un punto de la Bombonera ante un
flojo Boca, que desde el momento en que quedó con diez jugadores, quiso bajar
la persiana del partido. En InfiernoRojo analizamos las claves del porqué del 0
a 0.
Aguantó el dominio inicial: Boca tuvo un buen primer
fragmento de partido, dominando y anulando a Independiente. El Rojo, incluso en
desventaja deportiva se mantuvo entero para que no le generen peligro serio.
Importantísimo.
La expulsión tempranera: Sin dudas una de los hechos
trascendentales del partido. Cuando el Xeneize se quedó con diez jugadores, se
replegó completamente y le cedió no solo la pelota sino la voluntad a
Independiente. El Rojo creció tanto que incluso parecía imposible que Boca le
convierta en algún momento.
La ineficacia visitante: Los dirigidos por Lucas Pusinieri
generaron un sinfín de situaciones de gol, que incluyeron revolcadas de Marcos
Díaz, tiros a los palos y bochas desviadas muy pero muy claras. La clave del
partido.
Pablo Pérez: Fue por lejos el protagonista del partido. El
mediocampista del Rojo venía jugando un gran encuentro. Sin brillar, en silencio se las había ingeniado para
anular al mediocampo superpoblado del Xeneize, que no utilizó delanteros de
área. Todo lo bien que venía haciendo lo arruinó con una patada demencial e
innecesaria que le valió la tarjeta roja. Desde el momento en que salió,
Independiente no fue el mismo.
No perdió la cordura: Cuando el equipo se quedó con diez,
las experiencias más cercanas dirían que se venía el descalabro. Sin embargo,
Independiente mantuvo la cordura y la solidez, y pese a que Boca creció y
emparejó el partido, jamás lo inquietó de sobremanera. Importante, porque la
noche podría haber terminado en desgracia.
Fuente Infierno Rojo
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