Por Cristian Grosso
Si lo que define a un profesional es el carácter y la
decisión en la adversidad, será conveniente que el plantel se motorice desde el
incómodo descubierto en el que se metió.
Prohibido fallar, vaya carga emocional.
O te rebelás o te consumís, canta La Vela Puerca y por estas
horas se escucha en Ezeiza.
El orgullo aguijoneado los debe provocar. La condición ideal
de un equipo se da cuando se siente desafiado y así lo tendrán que interpretar
mañana frente a Perú.
¿La fórmula? Generosidad para administrar colectivamente un
destino que retumbará en todos.
Sampaoli tampoco debe desentenderse. Pondrá en juego
atributos más valiosos que sus visiones estratégicas: el ascendente, la
credibilidad, la persuasión y el tejido de la intimidad son resortes en los que
el DT influye directamente.
Sampaoli siente que se le exige a su equipo que
sobreviva a una sociedad. Sabe, también, que nadie sale de problemas sólo con
arengas; ahora los alineamientos son indispensables. Contagiar bravura y
confianza puede ser la antesala de una gambeta que abra el partido.
Y en este momento extremo se necesitará de ambos, de
espíritu y de talento.
Fuente Cancha Llena


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