Independiente pagó caro ante Lanús, al igual que en el resto
del torneo, la falta de jerarquía para definir los partidos y frustró
nuevamente sus intenciones de llegar a la Copa.
Independiente se encontró ante Lanús con el mismo problema
que arrastró durante toda la temporada, pero principalmente este semestre. Se
encontró con su propia impericia, producto de la falta de jerarquía para
definir los partidos. Como en varios partidos, pero quizás en ninguno como
este, dilapidó un sinfin de situaciones de gol abajo del arco. Y así, conforme
fueron pasando los minutos, vio como su ilusión de clasificar a la Libertadores
se consumía, mientras miles se agarraban la cabeza en las tribunas.
Este equipo encontró una base y este semestre también
entregó conclusiones. Independiente no puede ni debe gastar nunca más 3
millones de dólares en 2 laterales derechos – más la cesión de uno de sus
jugadores – para luego encontrarse con la solución en su cantera. Fabricio
Bustos y Alan Franco son la muestra ideal de que es lo que debe proyectarse
como equipo.
Uno bueno es mejor que 4 de relleno. Parecen frases hechas,
pero a veces hay que machacar hasta hacer mella. Independiente peleó hasta la
última fecha para el ingreso a la Copa con 14 jugadores, con poco recambio, con
jóvenes del Club. Hay que ir a buscar los que te dan el salto de calidad, los
que hacen la diferencia. Refuerzos, no incorporaciones. De una buena vez.
Los goles se pagan, pero no los hace un 4. Nicolás
Tagliafico, Emiliano Rigoni, el propio Martín Campaña son los ejemplos que
deben marcar el prototipo de jugador a buscar. Joven, con jerarquía individual,
con potencialidad de venta. Para que al venderlos ya estén sus reemplazos a
disposición. Porque sino, caeremos en rogar que no se vayan porque significará
iniciar todo de nuevo. Y nunca vamos a levantar la vara.
Fuente Infierno Rojo
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