José Brusco / NA
El entrenador de Independiente asumió su cargo con una
hipótesis clara sobre el problema del Rojo. Proponía un equipo "intenso y
dinámico". En cancha se ven los lineamientos del técnico.
El Rojo brilló en Rosario, ayudó a Boca y también llega
afilado al clásico
Apenas apareció el nombre de Ariel Holan entre los
candidatos a reemplazar a Gabriel Milito, en diciembre del año pasado, se ocupó
de atacar el problema antes de tenerlo enfrente. Tenía una hipótesis. Antes de
asumir, ya sabía qué debía resolver en el sistema de juego. Lo contó en un
audio que le envió a un dirigente del club y se filtró a la prensa. Allí
explicaba con alto nivel de detalle de qué manera tenía que jugar el Rojo.
Algunos meses después, esas ideas se materializaron. Independiente se posicionó
entre los mejores equipos del fútbol argentino.
"Un modelo futbolístico que sea un mix entre esa
historia aguerrida de los '60 y mucha dinámica e intensidad para reemplazar la
falta de talento al no tener un Bochini o Burruchaga", arrancaba. La intensidad
del Independiente de Holan es constante y permanente. Se ve en todas las
facetas del juego: relevos prolijos, contrataques feroces, y convicción para
moverse constantemente, como una catarata imparable.
La revolución Holan: ¿qué cambió en Independiente?
"Un equipo intenso tanto para defender como para
atacar", agregaba, y anoche, contra Newell's, los futbolistas pisaban el
área con atrevimiento, sin vergüenza. Así llegó Marcelo Bustos al primer gol, y
así despachó marcadores Martín Benítez para servirle el segundo a Emiliano
Rigoni. El Rojo asfixia cuando marca. Ahorca al rival. No deja pensar a los
futbolistas. Brota en un campo fértil la intensidad que proponía el DT. Brota,
también, el "equipo corto y agresivo". Independiente busca el campo
rival todo el tiempo. Monta la mayor cantidad de futbolistas posibles en
ataque. Y todos ellos, cuando no tienen la pelota, buscan la recuperación con
una vehemencia notable.
Holan trabaja. Aunque un núcleo del periodismo le critique los exóticos métodos, el estilo del entrenador se ve en la cancha. Hay una idea concreta y ensayada. "Tenemos que transformar el murmullo en aliento a partir de que el equipo transmita dinámica e intensidad y contagie a la gente", pedía, como parte del camino que debía recorrer Independiente para acomodar el clima. La cuenta pendiente, todavía, es de local. Todavía no ganaron en el Libertadores de América. El domingo, contra los "vecinos" —como llamó Holan a Racing—, será la gran posibilidad de recibir el apoyo de los hinchas y mostrar la versión más genial de Independiente, la que se ve lejos de Avellaneda.
Fuente Diario Popular


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