Domínguez dice que los hinchas aplauden y está en lo cierto:
el público aprueba pese a los flojos resultados de local. ¿Por qué?
Nery Domínguez habló
en conferencia de prensa. (@Independiente)
Por Favio Verona
Durante el ciclo de Milito los empates de local solían ser
castigados con una silbatina. Desde que llegó Holan, los aplausos fueron el
telón de fondo después de cada uno de las cuatro pardas que el equipo cosechó
en Avellaneda. Algo cambió. Y no precisamente la percepción de los hinchas. La
vara de la exigencia se mantiene incólume. “La gente se fue conforme después
del empate con Rafaela (1-1). Los aplausos son muy buenos para nosotros, pero
no nos relajamos y sabemos que en nuestro estadio tenemos que conseguir los
tres puntos siempre. La gente valora nuestra propuesta porque intentamos
siempre y vamos para adelante. Nos hace bien que el público lo reconozca”,
comentó Nery Domínguez.
Son muchas las variables que alteraron los valores del
termómetro popular. La sensación térmica es otra. Lo que se modificó es el
juego del equipo. Lo que transmite y contagia. La postura. La agresividad a la
hora de encarar los partidos. La intensidad para ejercer presión. Este
Independiente no sale a la cancha con la calculadora en la mano. No especula.
Los planteos no están subordinados al rival. La búsqueda siempre apunta a
imponer condiciones. Con el Mariscal, Rigoni y Barco terminaban los encuentros
con tortícolis de tanto mirar hacia atrás. El exceso de responsabilidades en el
retroceso cernía su libertad y soltura al momento de pasar al ataque. Por
supuesto que los ánimos siempre están condicionados por los resultados, pero
los hinchas parecen reconocer la audacia de un conjunto que va al frente.
“A pesar del reconocimiento, debemos tener en cuenta que el
segundo tiempo fue de palo y palo y tenemos que tratar de evitar que eso
suceda. Hay que conseguir un mayor equilibrio y tranquilizarnos a la hora de
definir. Si ganamos los dos pendientes, nos prendemos en la pelea”, dijo
Domínguez. El técnico sabe que faltó coordinar mejor la presión, ya que el
equipo quedó partido y los defensores debieron defender mano a mano. La gente
igual aplaudió. Holan ganó crédito cuando tomó la decisión de depurar el
plantel para darles rodaje a muchos juveniles del club. Esa medida generó
aceptación. Aunque el entrenador sabe que la tolerancia tiene un límite. Y que
no puede darse el lujo de seguir perdiendo puntos.
Fuente Olé

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