Por Eduardo Verona
Cristina Quicler/AFP
Surgen voces que sostienen todo lo que va a hacer y a
reformular Jorge Sampaoli en la Selección. Lo sugestivo es que Sampaoli no
pronunció aún una sola palabra en esa dirección. Sin embargo se habla de nuevos
jugadores que serán convocados, de otros desplazados y de la función que le
daría a Messi y Mascherano. El intento de anticipar lo que no se produjo. Los
interpretadores del Pelado.
A pesar de no reconocerlo, Tapia se reunió con el abogado de
Sampaoli
Antes de que se vincule a la Selección nacional, los falsos
exégetas (o los interpretadores en versión totalmente libre del entrenador
Jorge Sampaoli) ya lo están operando.
¿De qué manera? Afirmando que apenas
asuma como técnico de Argentina convocaría a Centurión, Pablo Pérez, Ascacibar,
Gustavo Bou, Pareja, Icardi y otros con más o menos luces.
Que relegaría al Kun Agüero, que miraría de reojo o
directamente no miraría a Higuaín y Di María, que le daría la chance a
Mascherano de jugar en la última línea como lo viene haciendo en el Barcelona
hace muchos años, que Messi volvería a ser una especie de falso nueve, lo que
en la década del 60 y 70 se definía como un clásico “media agua”.
A propósito de esta función, el inefable Carlos Bilardo en
nota concedida a Olé el 10 de marzo de 2016, sacó chapa de adelantado y planteó
que fue él y no Pep Guardiola quien le descubrió esa posición a Messi para que
su influencia en los movimientos del equipo fuera determinante. “Lo vi en la
Selección y dije, sáquenlo de las puntas y tírenlo al medio, que es donde se
ubican los buenos jugadores. En Argentina hicimos eso. Y en Barcelona hicieron
lo mismo y ahí arrancó todo. La palabra wing yo la desterré hace rato”, explicó
con ese estilo temerario que siempre tuvo.
Más allá de las medallas simbólicas que repetidamente se
quiera colgar Bilardo y volviendo al presente de Sampaoli, queda adherida a la
superficie mediática que ni él ni sus colaboradores más próximos o más lejanos
hayan pronunciado ni una sola palabra en relación al futuro inmediato de la
Selección. Es que no son momentos para poner el dedo en el ventilador.
Cualquiera puede quedar pegado. Y padecer las consecuencias.
Sin embargo no son pocas las voces del ambiente del fútbol
nacional que se elevan con categoría de anuncio formal sosteniendo todo lo que
va a hacer y a deshacer el Pelado de Casilda cuando quede confirmado como
entrenador de Argentina.
¿De qué fuente surgen, entonces, esos presuntos pensamientos
de Sampaoli traducidos en palabras y en apreciaciones futbolísticas enfocadas
en nombres propios que serían citados y en lo que le va a pedir y a exigir a
Messi en la Selección para afrontar lo que queda de las Eliminatorias?
Las
fuentes no dejan de ser meras especulaciones. Versiones de autor anónimo que
circulan y capturan adhesiones. Rumores. Hipótesis. Y por supuesto, mentiras.
Porque nadie tiene ningún dato certero para poner arriba de la mesa. Quizás ni
Sampaoli lo debe tener a esta altura del show internacional montado a su
alrededor. Un show incierto en el que también se le tira tierra encima por las
dudas. O por otras cuestiones políticas, ideológicas, existenciales.
Todas
miserias de amplio espectro.
Esta búsqueda de penetrar en las preferencias, los gustos y
las decisiones del Zurdo de 57 años forma parte de lo que se clasificaría con
elocuencia como el periodismo de anticipación. Apropiarse de la noticia antes
de que la noticia se produzca. Puede ser muy tentador atrapar lo que todavía no
puede atraparse en términos de realidad, pero incorpora una serie de riesgos
inevitables.
¿Cuáles, por ejemplo? Intentar ser el exégeta más calificado de un
protagonista. Pretender pensar en la dirección que podría pensar ese
protagonista sin tener contacto directo o indirecto con él. Anticiparlo, en
definitiva.
Encapsularlo. Hacerlo propio.
Quizás ni Sampaoli lo debe tener a esta altura del show
internacional montado a su alrededor. Un show incierto en el que también se le
tira tierra encima por las dudas.
De esa ruta siempre imaginaria aparecen o surgen los
jugadores que Sampaoli llamaría y desafectaría y de lo que les exigiría en el
día de mañana a Messi y a Mascherano, entre otros jugadores muy influyentes de
la Selección. Pero no hay tal lectura previa de los hechos que aún no se
sucedieron.
Por lo tanto, el escenario o tinglado futbolístico que ya
está armado para ser anfitrión de Sampaoli, es un escenario o tinglado que
abreva en los bordes de la ficción. Nadie lo vio. Nadie lo conoce. Algunos
entusiastas o fans lo idealizan a Sampaoli y otros desde el resentimiento
siempre presente lo tiran debajo de un camión. Por eso el Pelado hoy puede ser
un objeto de culto o un error incorregible del sistema.
Fuente Diario Popular

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