Transcripción de este blog
La escena parece ridícula, pero sucede en Avellaneda, en
plena antesala de un partido de fútbol: una esquina clave para el acceso, la de
Alsina y Bochini, aparece bloqueada por un grupo de barras de Independiente. No
hay caso. No se puede acceder por allí. "Por acá no pasa nadie", dice
uno de los que allí participa como fuerza de choque. No importa si tiene
entrada o abono o credencial. Ese territorio es patrimonio exclusivo de los
barras. Cerca de allí, muy cerca -a unos 200 metros- un grupo de policías
ofrece su mirada: "Están los barras, no podemos hacer nada", dicen. Y
acompañan ese puñado de palabras con alguna sonrisa. Como si la situación los
superara. O les importara poco. Un rato antes de que los barras se
establecieran en ese sitio como barrera habían sucedido -según trascendió- cuatro
detenciones. "Hasta que no los liberen por acá no pasa nadie", fue el
mensaje.
Cuando el partido comenzó los barras no estaban en el lugar
que suele ocupar. Seguían afuera. Un cuarto de hora después, ya con el partido
en marcha, ingresaron con bombos y banderas. Ha-bían libera do a los cuatro
detenidos.
Este nuevo episodio tendría que ver con el deseo de Pablo
Bebote Alvarez, jefe de la barra brava, de sumarse a la vida política del club.
Y en nombre de eso, actúa. De hechos, varias de las paredes de Avellaneda
cuentan su búsqueda. Dicen: "Pablo Bebote Alvarez presidente". De
todos modos, en la Comisaría Primera de Avellaneda no ofrecieron detalles respecto
de las detenciones sucedidas ni del piquete de los barras. Tampoco en
Coordinación de la Bonaerense. Como si nada hubiera pasado...
Fuente Clarin
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