El bahiense, que el 19 de septiembre cumplirá 21 años,
apunta a pelear un puesto.
Pizzini, goleador y figura en el triunfo ante Belgrano,
contó lo que el DT busca de él.
En el club esperan que sea la hora de su
explosión.
Era el que amagaba pero no concretaba. El que hacía todo
bien, menos el tiro del final. Al que le faltaban cinco para el peso...
¿Empezará
a cambiar la carrera futbolística de Francisco Pizzini? ¿Será a partir de ahora
el momento de su explosión, algo que en Independiente esperan con ansias? Sus
dos goles ante Belgrano, el lunes por la Copa Argentina, encendieron la ilusión
del propio delantero y de aquellos que lo conocen y aguardan que pueda
demostrar, de una vez por todas, sus condiciones. Esa gambeta y desequilibrio
en el mano a mano, por ejemplo, que lo llevó a Cristian Díaz, en septiembre del
2011, a hacerlo debutar en Primera.
La realidad es que sus buenas intenciones,
su esfuerzo en pos del equipo, no llegaron a cristalizarse en actuaciones
convincentes en lo personal, más allá de algún que otro partido. Habrá que ver,
entonces, si esta buena producción ante el equipo cordobés es el inicio de una
escalada en su nivel rumbo a su techo.
“Estaba con muchas ganas de jugar y
estoy contento por los dos goles y por el pase a la siguiente ronda de la Copa.
Uno siempre tratar de aportar para ayudar al equipo, para poder tener un lugar.
En el día a día tengo que ir entrenándome cada vez mejor para demostrarle al
técnico que puede contar conmigo”, contó el día después de su destacada
actuación.
A Pizzini, como a la mayoría de sus compañeros, se lo notó
cómodo con el nuevo esquema táctico que dispuso el entrenador Jorge Almirón. Si
bien hubo pocos días de entrenamiento, en el debut del DT se notaron ciertos
cambios. Tanto en el parado como en el funcionamiento general. Al respecto, el
pibe expresó: “Jorge nos pide que juguemos. El tiene una idea clara de cómo
jugar al fútbol. Los de arriba pudimos hacer un buen partido, nos sentimos
cómodos con el esquema”. Sobre su rendimiento, agregó: “El técnico me pide que
encare siempre. A mí es lo que me gusta. Lo importante es que se dio que pude
convertir”.
Casualmente, su primer gol oficial con la camiseta del Rojo
se había producido en el partido de desempate con Huracán por una plaza en
Primera División. Esa tarde, en el Estadio Ciudad de La Plata, Pizzini ingresó
en el segundo tiempo y sobre la hora metió el 2-0 que marcó el ascenso de
Independiente. “Es obvio que ese gol fue el más lindo de los tres. Antes de
jugar con Belgrano, Tula nos dijo que teníamos que disfrutar la vuelta a
Primera, que teníamos que estar más sueltos que nunca, y eso se notó. Puede que
con el ascenso nos hayamos sacado una mochila de encima”, reconoció el pibe, de
20 años.
Generoso, a la hora de evaluar el trabajo colectivo, no
quiso olvidarse de dos compañeros encargados de realizar el “trabajo sucio” en
el mediocampo. “La verdad es que Bellocq y Mancuello la están rompiendo. Nos
ayudan a soltarnos, nos dicen que encaremos, que vamos a pasar y a convertir.
Eso es muy importante”, cerró.
Fuente Olé
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