Nos ponemos un poco serios. Como es de público conocimiento,
a los 82 años Julio Humberto Grondona dejo de existir. Como también es
hartamente conocido el “antigrondonismo” profeso de esta página. Por ello
queríamos hacer esta pequeña especie de editorial sobre lo acontecido. En
primer lugar ningún integrante de esta página se “alegra” de la muerte de
ninguna persona. Como muchos vieron en este blog, siempre enfatizamos con el
tema de su corrupción al frente de la Asociación del Fútbol Argentino. No
pensamos dejar de hacerlo. Solo que no vamos a hacer hincapié en su deceso, si
en el legado que dejo: un fútbol argentino al borde de la quiebra, dirigentes
mafiosos, clubes en la lona, un tendal de hinchas que abandonaron los estadios
por temor a la violencia. Tampoco somos la policía de la web para decir que con
eso no se jode, ni vamos a andar señalando gente con el índice que se hace o
que no se hace. Cada uno es dueño de sentir lo que quiera. Desde el punto de
vista “antigrondoniano” su partida tampoco nos pone contentos, porque se fue
sin afrontar a la justicia.
¿Qué decir de Grondona? Se fue un tipo que tuvo sus pros y
sus contras… bueno, mucho más contras que pro… bueno casi ningún pro. Grondona
destrozo al futbol argentino. Los barras se multiplicaron exponencialmente bajo
su largo mandato, los clubes fueron asfixiados financiera y económicamente, a
esto agréguele un millón de etc. Su vida pública y de gestión al frente de la
AFA fue nefasta. El futbolero de ley, ese tipo que va regularmente a la cancha,
el que sigue el día a día de los clubes sabe de qué estamos hablando. Sin
embargo no conocemos su vida privada, su círculo íntimo no son solo Humberto y
Julio, seguramente tiene un circulo afectivo bástate amplio. Amigos, parientes
a los que esta muerte seguramente les dolió y que nada tienen que ver con el
“don Julio” dirigente. Por eso, nuestro respeto hacia ellos.
Se terminó el ciclo de Grondona al frente de la AFA ¿Estamos
contentos? Tampoco, en primer lugar esta transición seguramente será una
carnicería en donde la mayoría de los dirigentes se sacaran los ojos para
sentarse en el trono del edificio de la calle Viamonte, en donde otra vez los clubes
y el fútbol quedara de lado. Esperemos que no suceda pero viendo la calidad de
dirigentes que quedan, parece inevitable.
No porque se haya muerto cambiaremos de parecer con la
“figura pública” de Grondona esa que erosiono al futbol argentino que le hizo
tanto daño al deporte más lindo del mundo.
La muerte nos da un baño de piedad, el tema es la suciedad que uno acumulo en vida y si ese
baño de piedad puede sacar tanta mugre.
Fuente Don Patadón
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