“Vamos a tratar de
respetar la historia del club”, aseguró el flamante técnico de Independiente.
Por Beto Tisinovich y Fabio Verona
Almirón asegura que el Rojo será un equipo audaz:
“No tengo miedo de pedirles a mis jugadores que arriesguen.
Quiero un equipo con personalidad”.
Mira el escudo bordado en el buzo y además de una sonrisa
brota su primera confesión.
“El día que fui al estadio para dar mi primera conferencia
recordé cuando vivía en San Miguel y me tomaba el 53 hasta Constitución y
después el tren para ir a la cancha. Iba seguido con mi viejo a disfrutar del
fútbol de Bochini, de Burruchaga, Marangoni... El del 84 fue el último gran
equipo de Independiente”, relata.
Hoy, con 43 años, a Jorge Almirón le llegó la posibilidad de
dirigir al club del cual es hincha. Apenas se consumó su salida de Godoy Cruz,
estuvo a punto de viajar a México, el país que lo adoptó, que lo forjó como
técnico y le concedió a Gabriela, su esposa. Su hijo Leandro, de 22 años,
Agustina, de 17 y Sofía, de 9, viven allá, pero Jorge jamás dudó en modificar
sus planes cuando recibió el llamado de Hugo Moyano.
-¿Cayó?
-Voy a caer recién cuando llegue el primer partido en el
Libertadores. Fui muchas veces a la tribuna, pero estar al borde del campo de
juego siendo el responsable del equipo va a ser impactante.
-¿Se sorprendió por esta posibilidad?
-No me la esperaba.
Estaba muy tranquilo en Godoy Cruz, el presidente coincidía con mi filosofía de
trabajo. Pero me desligué por algunas discrepancias y apenas me llamaron
cancelé mi viaje a México.
-¿En qué momento de su carrera le llega?
-Me preparé toda mi
vida para este momento. Sobre el final de mi carrera fui deduciendo que me
gustaba esta profesión. Fui capitán en varios equipos y siempre tuve facilidad
para conducir los grupos. La Volpe me marcó muchísimo. Sabía que a la larga iba
a tener una oportunidad así.
-¿Usted sabe que hay que tener espaldas para bancarse este
momento?
-Acá no hay muchas vueltas. Si los resultados no se dan, la variable
de ajuste es el técnico. Hace poco Sabella dijo que los argentinos nos creemos
más de lo que somos. Y es cierto. Hoy Independiente es grande por su historia y
por su gente, pero no podemos olvidarnos de los problemas económicos que tuvo, de
lo que le costó ascender... Todos están muy acelerados por obtener resultados,
pero la gente debe tener paciencia. En el club hay muchos jóvenes. Y los
jóvenes a veces se confunden. Juegan tres partidos bien y se los realza, les
hacen creer que son jugadores consolidados y se equivocan, pierden el respeto.
Hay muchas cosas que nadie quiere decir, parece que no deben traspasar la
puerta. Así estamos... El que no esté apto para jugar en un grande y el que no
sea profesional, deberá irse. Mientras esté yo, esas son las reglas. Si tengo
que deteriorar el patrimonio del club por echar a un jugador que no es
profesional, me tendré que ir. Pero nunca voy a hacer algo que no siento.
-¿Pudiste conversar con De Felippe?
-Me gustaría. Aún no
depuré el plantel y estoy trabajando con jugadores que no van a seguir. Quiero
cerrar el plantel y delinear el objetivo. No podés arrancar un torneo sin una
meta.
-¿Qué le falta al plantel?
-Más defensores de experiencia.
Además este equipo ascendió y no tuvo a un gran goleador. Eso le viene pasando
hace rato a Independiente. Por eso, de los últimos 20 torneos que disputó, en
diez terminó de la mitad de tabla para abajo. Este es un equipo grande por
historia, pero esa historia ya es vieja. Para un club que solía protagonizar
los torneos, quedó lejos de ser el equipo grande que fue.
-¿Van a tener que atravesar un período de adaptación a la
categoría?
-Si uno quiere encontrar excusas, esa puede ser una buena
alternativa. Los jugadores deben entender que la gente les va a exigir pelear
el título, así somos los del Rojo. Hay que ver si los chicos están a la altura.
Yo voy a respaldarlos. Tendrán que madurar rápido. Lo bueno es que ya no hay
tantas diferencias entre la Primera y la BN. En Godoy Cruz me di cuenta de que
la mitad de los equipos de Primera podían militar tranquilamente en la segunda
categoría. El fútbol se equiparó hacia abajo.
-¿El paladar negro de Independiente dejó de existir?
-Los de
mi generación lo recuerdan, pero el hincha sufrió mucho y hoy festeja lo
mínimo. La gente está desesperada por ver algo diferente. Y vamos a respetar la
historia del club.
-¿Y usted está en condiciones de dárselo?
-Haré todo lo
posible. Será desgastante convencer a los jugadores.
-¿Cómo pretende que juegue Independiente?
-No tengo miedo de
pedirles a los jugadores que arriesguen. Le voy a exigir al arquero que no la
reviente, a los defensores que se muestren como opción de pase y a los volantes
centrales que se acerquen para que exista una conexión rápida. Haré todo lo
posible para que el equipo muestre personalidad en donde le toque jugar.
-¿Cómo va a hacer para consolidar esa idea?
-En Godoy Cruz
me costó, me peleé mucho con los jugadores porque además estábamos peleando el
descenso. Tuve que explicarles el porqué de todo, me enojé varias veces. Pero
el equipo y los jugadores fueron evolucionando, crecieron, se jerarquizaron, no
abandonaron la idea y después disfrutaron. Los resultados están a la vista:
diez de ellos fueron transferidos. El poder de convencimiento marca la
diferencia entre los buenos y los malos técnicos. Sé que acá el peso de un
derrota es mucha más grande, pero voy a intentarlo.
¿Usted se casa con algún sistema táctico?
-No, eso depende
de los jugadores y de las características del rival. En Godoy Cruz he jugado
con línea de cinco y de cuatro.
-En un fútbol signado por la impaciencia. ¿Se puede apostar
a la elaboración o cree que hay que ser más vertical?
-No me identifico con el
fútbol vertical. Es una gran mentira eso de que en la Argentina no se puede
jugar bien. Existe una gran confusión. Acá en general se aplaude al que la
revienta y no se evalúa si la jugada demandaba eso. Para mí el que la saca de
la cancha es un burro. Me daría vergüenza decirle a Montenegro que le vamos a
tirar pelotazos. Así no va a disfrutar del juego, no va a ganar una, lo van a
lastimar. Es mi responsabilidad buscar los caminos para alcanzarles la pelota a
los jugadores distintos, para que disfruten del juego.
-¿Van a tratar de que la la Primera, la Reserva de Milito y
las Inferiores respeten la misma idea?
-Si Milito les inculca la idea del
Barcelona y yo les digo que hagan algo distinto, no van a entender nada. Lo
importante es identificarte con una idea más allá de que no coincidas en todo.
Preciso que Milito esté cerca porque conoce más el club. Los juveniles que él
formó están adelantados, tienen otra manera de pensar, de sentir el fútbol. Son
mucha más dinámicos y están mejor preparados que la media. Y los voy a
aprovechar.
Fuente Olé
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.