Por Mauro Erbiti
Jesús Méndez, volante de 28 años, ya tiene una carrera
formada en la que pasó por varios clubes. Con un arranque prometedor, fue
perdiendo regularidad en los últimos años. No llega en su mejor momento, pero
quizás pueda potenciarse y recuperarse en Independiente.
Su debut fue en el 2004, en River Plate. Sin mucha lugar ni
oportunidades de jugar, pasó también por Olimpo en 2006 y por el St. Gallen
suizo en 2007. Luego, en 2008, tuvo su mejor momento en Rosario Central. Allí,
se potenció y logró un rendimiento auspicioso. Ese nivel lo llevó a Boca en el
2010, donde no rindió en un equipo totalmente desdibujado y donde ni siquiera
pudo marcar un gol. A partir de ahí, alternó temporadas en Central y en el
xeneize.
En números fríos, Méndez lleva 17 goles en 261 partidos.
Aunque el gol no es su mayor arma, claro está. Puede desbordar y también crear
juego. Esas cualidades son las que lo llevaron a Boca, pero a partir de ahí
nunca volvió a ese pico de rendimiento. De hecho, en ese club perdió totalmente
el rumbo: disputó sólo 36 encuentros en cuatro temporadas y alternó partidos
jugando como volante central, volante por afuera, enganche y hasta lateral. Sí
es verdad que levantó en su último momento en Rosario, cuando logró el ascenso
a Primera, pero fue sólo un destello. En su última temporada, jugó 31 partidos
-17 en el Canalla- y marcó un tanto.
Ahora, con una gran inestabilidad e irregularidad, probará
suerte en Independiente. Si puede acoplarse al esquema del director técnico
Jorge Almirón y potenciarse como segundo volante central, o quizás
eventualmente intentando desbordar por la banda, puede servir. Pero algo está
claro: éste Jesús Méndez no es suficiente. Debe mejorar.
Fuente Infierno Rojo
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