Sorteó todos los controles migratorios, entró en el estadio
y tuvo acceso directo a los dirigentes de la AFA
Foto: Captura TV
Por Nicolás
Balinotti
PORTO ALEGRE.- En menos de 24 horas, Pablo
"Bebote" Álvarez, el jefe de la barra brava de Independiente, hizo de
las suyas. Sorteó el riguroso cerrojo de seguridad de la frontera y esquivó con
facilidad al equipo de la Policía Federal Argentina que está aquí para
colaborar con los controles mundialistas. Y hubo más: después de ver el partido
en las tribunas del Beira-Rio caminó por las entrañas del estadio con la venia
de un hombre de seguridad de la FIFA, que lo acercó hasta un sitio donde podía
tener acceso directo a los dirigentes de la AFA.
Media hora después de la victoria del seleccionado,
"Bebote" se movía en tropa con unos cinco laderos de la barra de
Independiente por los sectores más exclusivos del estadio. Un grupo de policías
intentó detenerlos, pero apareció para socorrerlos un hombre que colgaba una
credencial de la FIFA con el nombre de Domingo Miguel. Tras cruzar otro filtro,
los barras se perdieron por la inmensa playa de estacionamiento, donde
únicamente se ubican los autos de las autoridades.
A diferencia de los otros dos partidos de la Argentina, los
barrabravas reaparecieron ayer como nunca. En los alrededores del estadio,
algunos pocos, revendieron entradas. Pero dentro de la cancha mantuvieron el
perfil bajo para no despertar la reacción de la policía y de los equipos de
Interpol. Las fuerzas de seguridad brasileñas, con el apoyo de efectivos
argentinos, rastrillan las imágenes en cada partido para encontrar a los barras
que pudieron burlar el control fronterizo. Es parte del acuerdo bilateral que
hicieron los Ministerios de Seguridad de ambos países. Así, lograron detener la
semana pasada a la cúpula de La Butteler, como se conoce a la hinchada de San
Lorenzo. Sus cabecillas figuraban en la nómina de 2100 hinchas con antecedentes
delictivos que cedió la Argentina a Brasil.
A partir de ese listado, Brasil le ha denegando el acceso a
32 barras argentinos desde el comienzo del Mundial. Anteayer, entre una nueva
tanda de deportados, estuvo Hernán Palavecino, un empleado de la Municipalidad
de Avellaneda que integra la cúpula de la barra de Independiente.
Palavecino, que intentó cruzar por Uruguay, fue uno de los
hinchas que cerró públicamente un trato con Giba Bitancourt Viegas, jefe de una
facción de la hinchada de Inter, de Porto Alegre. "Les vamos a conseguir
200 entradas y les vamos a dar hospedaje", había prometido Giba a los
argentinos. Esas entradas habrían llegado ayer a manos de "Bebote",
que sigue manejando desde las sombras la agrupación Hinchadas Unidas Argentinas
(HUA).
Además de Bebote y su tropa de Independiente, estuvieron
ayer en el estadio Beira-Rio integrantes de las barras bravas de Nueva Chicago,
Talleres de Córdoba, Tristán Suárez, Deportivo Morón y Excursionistas. También
se lo vio, aunque por los alrededores, al Negro Fiorucci, el líder de la
hinchada de Tigre y quien supo integrar la mesa chica de HUA.
A diferencia del Mundial de Sudáfrica, Fiorucci no se movió
con su tropa de Tigre, cuyos miembros están siendo investigados por un presunto
homicidio y por sus nexos con dirigencia del club de Victoria..
Fuente Cancha Llena
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