Por Luis Stocik
Según los diccionarios la psicosis es un término genérico
utilizado en la psicología para referirse a un estado mental descrito como una
pérdida de contacto con la realidad.
Las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y
pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado.
Por eso cuando Cristian Díaz sostiene que referirse al
promedio de Independiente, pensando en el futuro, es “generar psicosis” se
equivoca de principio a fin.
Todo el pueblo del Rojo e incluso sus detractores tienen
bien en claro lo que puede llegar a pasar en un breve lapso de tiempo si el
rumbo no se tuerce ya mismo.
Así que Cristian, por favor, escribí la palabra descenso o
promoción, como más te guste, bien grande en el vestuario para que de una buena
vez estos jugadores despierten de su psicosis y comiencen a darse cuenta que
deben arremangarse y poner lo que hay que poner para no lamentar males mayores.
Pasa el tiempo y el futuro se hipoteca partido a partido.
Atrás quedó la “excusa” de la media inglesa con la que el entrenador comenzó a
justificar fracasos fuera del Libertadores de América.
Y mientras el equipo ganaba de local las falencias se
maquillaban, pero cuando se trastabilló el Rojo quedó con la cara lavada y un
promedio que pensando en la próxima temporada sigue a dieta; casi en huelga de
hambre.
Algo se rompió. Después del triunfo ante Boca y Racing las
aguas se fueron aquietando. Esas aguas que se pusieron bravas con la salida de
Ramón y que exigió a estos mismos jugadores un cambio de actitud.
Y no solo fue la ida de un DT la que exigió, sino que
también la llegada del otro Díaz, quien sacudió la estantería, mostró un poco
los dientes y la tropa respondió.
Pero hoy por hoy esa tropa está aburguesada y espero que vos
Cristian, no tengas que ver con todo esto. Escoba nueva barre bien pero…
Lo cierto, críticas al margen, es que Independiente así
regala historia y va derecho a la ruina, donde ningún hincha quiere imaginarlo,
donde el resto del fútbol espera con la servilleta puesta en el cuello por la
carne de este Diablo.
Si la próxima temporada arrancara hoy el Rojo comenzaría a
un punto del descenso directo como si ya no tuviera otros problemas que
sumarse.
Y la responsabilidad es de los jugadores más que nada,
jugadores que en su mayoría pueden dejar el club ni bien termine el torneo;
aunque algunos ya se borraron.
Cristian, agarrá el timón firme otra vez, enderezá el rumbo
y que se suban al barco los mejores marineros, los que sientan vergüenza de
naufragar, los que entiendan que la historia de Independiente no puede
dilapidarse.
Fuente Diario Popular
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