Por Luis Stocik
El balance de los Díaz (Ramón y Cristian) al frente de
Independiente fue pésimo. Veinte puntos en diecinueve fechas no ofrece otro
rótulo posible.
Dando excusas Cristian Díaz es un genio. Tiene el manual más
grande en ese tema y siempre encuentra alguna que le calza perfecto para
justificar lo que sucede en cada partido. Tres puntos de los últimos veintiuno
destruye cualquier análisis. No le importa a nadie si fulano estaba lesionado,
si mengano terminaba su contrato o si hubo errores colectivos o individuales.
El naufragio del Rojo fue un hecho concreto. Ni siquiera llegó a su flaco
objetivo de veinticinco puntos.
Para el entrenador cada partido, de una parte hasta la
fecha, había tenido tinte de final: Arsenal, All Boys, Olimpo, Unión, Newell´s,
San Lorenzo y Tigre. Todos competidores en el promedio para el torneo pasado y
en todos los partidos perdió. Porque los empates para el Rojo también fueron
derrotas y el último lugar en los promedios de cara a la próxima temporada
hablan por si solos. Y ojo que los jugadores también son culpables, ellos
estuvieron todo el campeonato y no pueden hacer la del avestruz.
El balance de los Díaz (Ramón y Cristian) al frente de
Independiente fue pésimo. Veinte puntos en diecinueve fechas no ofrece otro
rótulo posible. Pero el final de torneo le facilitó un fácil escape al
entrenador lejos de Avellaneda, del malestar de la gente. No por nada el
entrenador se tomó su tiempo para hablar con los medios y ofrecer un discurso
diferente al que venía mostrando. Respondiendo las preguntas incómodas, esas a
las que hace solo unos días evitaba con solo una mirada irónica hacia quien la
formulaba. Como si se lo hubieran guionado valiéndose de todas las críticas que
fue recibiendo a lo largo de estos meses. Porque que quede claro, la mayoría de
los hinchas entiende que no es el indicado para afrontar el momento que se le
viene al Rojo.
Lo cierto es que la dirigencia confía en él y por eso
seguirá. Le tratarán de armar un equipo competitivo y la idea es respetarle el
contrato confiando en un arranque positivo para las aspiraciones del club.
Cristian Díaz no soportará un mal inicio, eso está cantado. Pero hechas las
críticas de nuestra parte ahora no hay más necesidad de continuar clavando el
dedo en la herida. Para bien o para mal llegó el momento de apoyar el nuevo
proyecto desde el lugar que a cada uno le toque, porque en definitiva lo que
está en juego no es si Díaz es buen o mal técnico, si las críticas tenían o no
razón.
Lo que está en juego es la historia de Independiente.
Fuente Diario Popular
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