Por Cristian Fernández
El Rojo terminó empatando 2-2 en Victoria ante Tigre.
Lo
arrancó perdiendo por Luna, lo dio vuelta y estaba jugando mejor hasta la
insólita tontería de Ferreyra que le permitió a Cachete Morales empatar de
penal.
El Pato metió dos.
Se acabó un torneo patético. Ahora a escribir la
historia con grandeza y no pasar lo de River y el Ciclón.
Fue un buen comienzo el del Rojo. Apretando, usando las
bandas y con un Fredes que trataba de ponerle el ritmo al equipo.
A los cinco
minutos ya Independiente había llevado peligro al área de Tigre y, de no haber
sido por un fuera de juego mal cobrado, Villafañez hubiese quedado mano a mano
con García.
Sin embargo, todo quedó en eso, insinuaciones y nada concreto.
Cuando el partido atravesaba los 15 minutos se metía en una
meseta que sólo sirvió para que el Rojo perdiera la intensidad con la que había
comenzado y para que, de a poco, Tigre tomara confianza, largara los nervios y
tomara el control de la pelota.
Esto provocó que en la primera llegada del
local se abriera el marcador.
Una serie de pases cortos de Tigre derivó en una pelota con
destino incierto que la inoperancia de Osmar Ferreyra le permitió al Matador
desbordar y habilitar al Chino Luna que dominó y definió tras una serie de
rebotes.
La apertura del resultado no reflejaba las acciones ya que el Rojo
había sido un poquito más y el local llegaba por primera vez al arco defendido
por Hilario Navarro.
Sin embargo, tras la diferencia obtenida a los 21 minutos
del primer tiempo. Tigre se tranquilizó y comenzó a manejar un poco la pelota,
aunque se paró cerca de García.
Independiente, demasiado tibio, no generó
nada y eso que cuenta con uno de los mejores goleadores, Ernesto Farías.
De a
poco se fue apagando y terminó con los pelotazos intrascendentes de siempre.
Tigre tuvo una chance tras una linda jugada colectiva que
terminó con una estirada importante de Hilario Navarro para evitar el 2-0 y el
cierre del partido.
Del Rojo sólo un par de tiros desde media distancia de
Godoy y Battión.
O sea, nada.
Un cierre de primer tiempo acostumbrado a los
últimos rendimientos paupérrimos del equipo de Díaz.
A los 30 segundos de juego en el segundo tiempo, Tigre casi
aumenta y cierra el partido.
El desborde y centro rasante no pudo ser conectado
por Ftacla.
Sí, otra vez el Rojo salía dormido del entretiempo.
Sin embargo, en
el área rival Javier García le sacaba un cabezazo con destino de gol a
Villafañez.
Acto seguido, cinco minutos exactamente del complemento,
Godoy hizo lo de siempre le pegó horrible a la pelota pero esta vez la suerte
jugó para el Rojo, porque le cayó en los pies al Pato Rodríguez que con un buen
derechazo la colgó de un ángulo y estampó el incrédulo empate.
Herido, el local fue para adelante. Arruabarrena pedía
tranquilidad pero no lo logró.
El Rojo estaba mejor y por eso, a los 10 minutos
se puso arriba en el marcador.
Esta vez Villafañez la peleó desde el piso, se
la tocó a Farías y el Tecla lo habilitó al Pato Rodríguez.
Sí, nuevamente, el
10 enfrentó a García y definió con mucha calidad para el 2-1.
Se hacía justicia
porque Independiente era un poco más.
El nivel de nerviosismo en Victoria llevó a que el Rojo se
adueñara del partido.
Tigre iba pero sin ideas y los de Cristian Díaz tenían
chances para alargar la diferencia.
Fredes pegó un tiro en el travesaño ante
una mala salida de García.
El Pato también tuvo otras dos oportunidades en las
que no pudo marcar.
El partido era de ida y vuelta, con poca profundidad, pero
con mucho compromiso y vértigo.
Monserrat entraba y Villafañez se iba del campo de juego.
Cristian Díaz decidido a mantener la diferencia iba a meter a Busse por el Pato
Rodríguez.
Pero, nadie contaba con la tontería de Osmar Ferreyra. Una mano
dentro del área insólita le hizo ganarse la expulsión y a Tigre la posibilidad
de igualar.
Cachete Morales, a los 35 minutos, se paró frente a Hilario
Navarro y no dejó pasar la oportunidad. Mucha calidad para definir e igualar el
partido 2-2.
Ferreyra tiró por la borda todo lo que hicieron sus compañeros.
El
gran partido de Fredes, lo mucho que corrió Farías, la buena tarea en el
segundo tiempo del Pato…todo, todo, lo tiró a la basura el Malevo.
Para el final sólo quedó la desilusión por la tontería del
Malevo.
Todo mal para el cierre del torneo. Tigre zafa de todo, Arsenal es
campeón y Banfield descendió.
La temporada que viene no puede ser que jugadores
así estén en el plantel.
Fuente Infierno Rojo
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