El estadio de Barranquilla fue un horno
Colombia cambió la altura de Bogotá por el calor de esta
ciudad costeña, pero la Argentina logró superar ese escollo y las 50 mil almas
que colmaron el estadio pasaron del éxtasis a la decepción. Por Fernando Czyz /
Enviado Especial
BARRANQUILLA, Colombia.- Desde bien temprano Barranquilla
fue preparando su fiesta para el partido ante la Argentina con mucho color
amarillo en las tribunas, sonido de cornetas, una bandera gigante, un show en
vivo y una euforia de 50 mil almas que desbordaba las tribunas norte, sur,
oriente y occidente del estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
La tensión fue creciendo con el correr de las horas hasta
que, a la hora señalada, con un estadio colmado, y el horno de Barranquilla con
30 grados de temperatura estuvo a punto caramelo para el festejo de un triunfo
de la selección local. La Argentina era visitante, y bien visitante, en esta
cuarta fecha de eliminatorias.
Sin embargo los primeros minutos demostraron a una selección
que manejaba la pelota y a la gente jugando su partido: silbando a los rivales
e intentando colaborar, con la intención de sacar a Lionel Messi del partido
con gritos y cánticos.
Cuando Nicolás Burdisso tuvo el encontronazo con James
Rodríguez y debió salir en camilla, la gente explotó con la frase
"Hijoeputa, Hijoeputa" reclamando la expulsión del jugador de Roma de
Italia.
El momento de mayor tirantez entre Messi y los hinchas
colombianos fue cuando el capitán argentino gesticuló y criticó al árbitro
Salvio Fagundes en una forma de amedrentar al brasileño. En ese instante,
explotó la tribuna oriental con el "Messi, Messi, hijoeputa" ante la
completa indiferencia de La Pulga que lo único que necesitaba era un poco de
aire fresco.
En gol de Dorlan Pabón, con complicidad de Javier
Mascherano, fue el momento de éxtasis para el público barranquillero, que
festejó con la nueva Miss Colombia en la tribuna, el presidente Santos en su
palco y los tres históricos jugadores de la selección alentando a sus
sucesores: Mauricio Serna, Faustino Asprilla y Carlos El Pibe Valderrama.
Pero ese horno barranquillero armado a la medida de la
selección de Colombia, que abandonó la altura de Bogotá para apostar por el
calor de la costa, se extinguió en 45 minutos con los goles de Lionel Messi y
Sergio Kun Agüero para sellar el definitivo 2 a 1.
Con el empate primero y luego con la desventaja final, todo
el calor y color del público colombiano se volvió en tensión y frenesí para el
conjunto que dirige Leonel Alvarez, al punto que en forma de contagio la
desazón de afuera también se transformó en tristeza y decepción adentro de la
cancha.
El festejo final fue de los argentinos en la mitad de la
cancha con un gran puño apretado. Los aplausos finales y el "Messi,
Messi" de reconocimiento de las tribunas para el astro argentino marcó el
enfriamiento final de un horno que estuvo en ebullición desde temprano y se
descomprimió en apenas 45 minutos.
Fuente CanchaLlena
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