Grondona les ganó a todos por nocaut
Don Julio les ganó a todos.
Una historia de amenazas, extorsiones e intereses personales
exacerbados rodea el cruce entre el presidente de la AFA, Daniel Passarella,
Daniel Vila y Carlos Avila. Un verdadero grotesco que terminó con varios
actores pidiendo la cuenta de protección, publica Democracia.
Por Hugo Mannini
-La verdad es que estoy arrepentido. Yo quería hacer un
libro pero después todo cambió de sentido. Mi idea era hablar sobre el fútbol
argentino, por eso me aconsejaron hacer cámaras ocultas para tener testimonios,
pero…
Las palabras, entrecortadas y casi inentendibles, pertenecen
a quien fuera uno de los hombres más poderosos del fútbol argentino durante
casi dos décadas. Hombre que, por cierto, alcanzó millones gracias al negocio
de la televisación, y que ahora, alejado de su primer amor, intentaba volver a
las grandes ligas. Intentaba. Se trata de Carlos Avila, empresario clave de
esta historia de traiciones, millones de dólares, poder y negocios.
EL APRIETE
-Mirá Gordo, yo pensé que era el más loco, pero hay uno mucho
peor: Daniel Vila.
-¿No me digas…?
-Si, totalmente. Y tiene dos videos en lo que vos y Julio
quedan pegados.
-Imposible. Si querés nos juntamos todos para verlos porque
capaz que ponen cualquier cosa y no tenemos nada que ver.
-Ok, dale. Mañana te llamo y arreglamos. Acordate lo que te
digo…
Los protagonistas excluyentes de esta conversación no eran
Tony Montana y Alejandro Sosa, los narcotraficantes de la mítica Scarface, con
Al Pacino. En absoluto. Se trataba del presidente de River, Daniel Passarella,
y el secretario general de la Conmebol, Eduardo Deluca, mano derecha de Juio
Grondona. El tercero en discordia, claro está, es el titular de la AFA ¿El fin?
Hasta ese momento no se vislumbraba, aunque la charla, que ocurrió el jueves 2
de junio en una oficina de la calle Aguilar, en el bucólico barrio de Belgrano,
descolocó a Deluca.
Al otro día, la llamada llegó. Pero no para encontrarse:
“Gordo, yo hablo con los seis panelistas de ‘El show del fútbol’ para que no
pasen las imágenes pero vos y Julio tienen que hablar con los seis suyos”, le
dijo el Kaiser a Deluca, según consta en la declaración del pope de la AFA, en
la causa 41.791/11.
-¿De qué me hablás, Daniel? ¿¿¿Qué seis???
-De los tres partidos que le quedan a River y de los tres
que le quedan a Independiente Rivadavia de Mendoza, hasta el final del torneo.
A ver si zafamos del descenso…
-No, Daniel, lo único que podés hacer vos es rezar.
Telón piadoso para –según la versión del pope de la AFA- un
diálogo penoso.
UN POCO DE HISTORIA
Durante el mundial de México ’86 Daniel Passarella estuvo
internado en un hospital de Puebla. Una intoxicación producida por el agua lo
había marginado de dicha cita trascendental y lo había dejado casi
irreconocible: seis kilos había bajado el excepcional defensor. Grondona, casi
con carácter paternal lo visitaba asiduamente. Hoy, casi 25 años después, se
vuelven a encontrar, esta vez ambos comos dirigentes, aunque con un océano que
los separa.
En esta arena, los dos han tenido férreos enfrentamientos en
el seno de la AFA. Inclusive, en plena reunión de Comisión Directiva, meses
antes del descenso de River a la B Nacional, Daniel Alberto le había pedido a
los gritos la renuncia de Grondona, sin siquiera recordar los 20 millones de
pesos que la AFA le había dado de préstamo una semana antes (con muy bajos
intereses) para intentar sanear las rojas y sangrantes cuentas de la
institución. “Vos te tenés que ir de acá”, le espetó sin anestesia y a los gritos.
Semejante frase le costó el repudio de todos sus pares.
ESPIONAJE
Carlos Avila, el ex dueño de Torneos y Competencias, mantuvo
dos reuniones para producir las cámaras ocultas. Una con Deluca y otra con
Grondona. Ambas en diferentes lugares, pero con la misma finalidad: sacar algún
dato que pueda apuntar en contra de la dirigencia del fútbol argentino.
La primera fue en uno de los tantos restaurantes que posee
el lujoso Hotel Alvear. Masitas, algún que otro tostado de jamón y queso y café
de por medio, fueron testigos de lo que pasaba en esa mesa. Días más tarde, el
paraguayo fue hasta la estación de servicio que tienen los Grondona en Sarandí,
para juntarse con Don julio. Esta vez, una pequeña oficina de 3 metros
cuadrados hizo de hábitat para el diálogo.
Durante todo el convite, Avila buscó temas para que Grondona
pisase el palito, pero eso no fue lo que llamó la atención del hombre que carga
con un anillo que afirma que “todo pasa”. Lo que le quedó resonando fue una
pregunta: “Julio…¿Hace mucho que no ves a Magnetto?”
La respuesta de Grondona dejó con la boca abierta al ex
cerebro de Torneos y Competencias: “¿Pero vos sos boludo o te hacés? ¡La puta
que te parió!!!. Si sabés que me crucé con él una sola vez en la vida”.
¿Qué buscaba Avila? Alejado de Torneos desde hace algo más
de tres años, le habría confesado a sus allegados que había encontrado en la
computadora de quien había sido su socio, Luis Nofal, ya fallecido, unos
documentos en los cuales el 2 de Torneos manejaba más dinero del estipulado en
las negociaciones con el grupo por el fútbol. Así consta en las declaraciones
que brindó ante la Justicia, en un documento exclusivo al que tuvo llegada
Democracia: “Yo tenía distintas oficinas y me he mudado en reiteradas
oportunidades, hay que mantener constante documentación relacionada con las
sociedades, y ahí es donde aparecen los papeles de las cuentas, ahí apareció
una carpeta de Luis Nofal y Julio Grondona”.
Esto enfureció a Avila, quien intentó, a través de su
pregunta en la cámara oculta, vengarse de Grondona. Sin embargo, en su
ampliación testimonial, Avila sostiene que él no buscaba venganza: “Mi
intención era escribir un libro, luego llevé a cabo la obtención del video, lo
que quería era obtener evidencias o testimonios”, sostiene, sin convencer a
nadie.
Aunque eso, desde el punto de vista de Grondona, sería
mentira. Inclusive por sobre las declaraciones del paraguayo, quien jura y
perjura que él sólo quería redactar una obra literaria, y que las grabaciones
las realizó para tener material y que él entregó todo al periodista Rolando
Graña, oh casualidad gerente de América, para que edite y se lo entregase, y
así facilitar su trabajo. Sin embargo, pruebas a la vista, no sucedió nada de
eso, ya que las grabaciones fueron exhibidas al público.
EL ENTRECRUCE
Hasta el momento, esta historia tiene varios protagonistas:
por un lado Grondona y Deluca, y por el otro Avila –con sed de venganza- y
Passarella –con el afán de salvar de la caída fatal a “su” River-. Pero faltaba
la pata mediática, esa que haría salir a la luz los videos y que colaborase con
el broche de oro.
Y acá es en donde entra Daniel Vila, dueño del multimedio
América, presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza, y aspirante al trono
de la AFA que ocupa Don Julio. Justamente, a través de su canal se
transmitieron las cámaras, en donde Deluca y Grondona quedaron implicados. Y
eligió la pantalla de un día antes de las elecciones de la AFA para
promocionarlas. Por supuesto, Avila insistió en que él no tenía nada que ver, y
que lo suyo era solamente un trabajo literario.
Ese fue el entrecruce final entre todos los que aparecen en
esta novela.
Y un día después estalló el escándalo, ya que Vila, apoyado
por los videos filmados por Avila, y secundado por Passarella, se instaló en la
puerta de la AFA, junto a dirigentes del interior, y se autoproclamó “Presidente”
de la Asociación de Fútbol Argentino, de una manera que “provocó la risa de la
opinión pública”, según consta en el escrito que presentó ante la Justicia el
representante legal de Grondona y Deluca, Francisco Castex, y al que pudo
acceder Democracia.
EL FINAL
El final de esta dantesca historia tiene un condimento
extra, ese que la hace más intrigante todavía. Se trata de la traición.
Avila, quien fuera por muchos años uno de los hombres más
allegados a Grondona, con quien acordaba los contratos de televisación,
recurrió a traicionarlo, por supuesto, a través de esas polémicas cámaras
ocultas.
Y, claro está, como quedó claro antes, este habría tomado
esta decisión al enterarse de los negocios que tenía a sus espaldas su ex socio
Nofal y de una diferencia económica que había saltado, tal como se explicó
antes.
Así se expresa en la declaración de Avila: “Notó que faltaba
ese dinero, ello sin perjuicio, como ya lo dijo, que bien pudo haber sido
destinado para pagar cuentas o deudas conjuntas de la sociedad, ello, como ya
lo dijo, debido al caos financiero del país, situación de la cual no escapaban
sus empresas, razón por la cual desconoce qué pudo haber sido lo que pasó con
ese dinero”.
A causa de todo esto, esa traición no pudo ser jamás
aclarada, ya que Nofal murió el1 de abril de 2010, en plena lucha con su –hasta
ese día- ex socio. “El me defraudó como amigo, porque desde 2006 hasta su
muerte yo no pude sentarme con él para aclarar todo lo que hoy estoy tratando
de aclarar acá, qué pasó con esa guita, qué pasó con estas acciones…esta
historia es muy jodida, yo le entregué mi vida a este tipo, y un día de la
mañana a la noche…yo con él tenía una relación más allá de la que se podían
imaginar…de la mañana a la noche él me hace echar de la compañía, me cierra las
puertas y nunca más lo vi, y estando internado él pensaba que yo podía
interferir para hacerle daño, se murió con una carga tremenda de nunca haber
podido hablar conmigo”. Fin.
Un mal momento
Otro dato que se puede agregar para esta película es sobre
el delicado estado de salud por el que pasa Julio Grondona, sumado al de su
esposa, Nélida. Días antes de que los videos salgan a la luz, la mujer fue
operada de las caderas, y hoy está en vías de recuperación a fuerza de tesón y
un andador temporario que le sirve de guía. Como si fuera poco, a Don Julio le
detectaron un tumor en el intestino, algo que preocupó a su cuerpo médico,
razón por la cual fue operado y se le extirparon 30 centímetros del mismo, lo
que lo obligó a recluirse durante dos meses, algo que nunca había pasado
durante sus 32 años de conducción en la AFA. Desde el seno de la familia del
pope de la AFA afirman que “está mucho mejor, pero todo esto le duele mucho,
más a su edad”.
Fuente Crónica
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