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lunes, 16 de septiembre de 2024

Es la hora de aprender a ganar

Independiente no pudo con Belgrano en Córdoba.

 


Por Nahuel Lanzillotta

 

Al Independiente de Vaccari le falta dar el paso para lograr quedarse con los tres puntos. Ante Belgrano tenía un panorama inmejorable y lo derrochó por falencias propias. A seguir construyendo.

 

Roma no se construyó en un día. Edificar un equipo confiable requiere tiempo y dedicación y, sin lugar a dudas, atravesar altibajos que sucederán casi por defecto. 


Julio Vaccari es el ingeniero de un Independiente en construcción que se va levantando de abajo hacia arriba, como indican los manuales de la lógica. Pero llegó a una altura en la que necesita dar un paso más para terminar de techar su estructura. Le toca aprender a ganar.

 

En Córdoba ante un endeble Belgrano tuvo todo para hacerlo y se volvió con un puntito, que, a diferencia de los anteriores, no dejó un sabor dulzón. Es el tercer empate consecutivo del Rojo en la Liga Profesional. Los otros dos, ante Racing y River, fueron valorados por el contexto adverso de las expulsiones sufridas (fallas propias, claro). Sin embargo, en Barrio Alberdi la cosa no fue para apretar el puño.

 

En el haber sigue estando la saludable intención de salir a adueñarse del trámite, como buscó hacerlo en la primera parte, aunque sin tanta claridad ni profundidad, es verdad. Así y todo pudo pegar primero en el amanecer del complemento. Hasta ahí, lo positivo.

 

La balanza se inclinó para el lado del debe. La seguridad que venían entregando los centrales presentó grietas. Fue el peor partido de la dupla Lomónaco-Laso, que, más allá de ese grosero error de salir ambos al mismo tiempo y dejar mano a mano a Reyna ante Rey, sufrieron bastante en toda la noche con los centros cruzados de Belgrano. El punto del penal fue una zona liberada para los rivales. Por allí vino el empate de Jara. Por allí pudieron haber venido más goles. Obviamente que los laterales tuvieron su cuota de responsabilidad al no evitar los envíos desde los costados.

 

Pero, ¿qué fue lo que pasó para no sostener el resultado? Cuando tenía marcador y dominio a favor, el Diablo reculó. Y ahí quedó en evidencia esa materia que le falta rendir y a la cual parece presentarse al examen si haber estudiado: aprender a ganar. Con un cambio táctico, el local lo complicó de un momento a otro del partido. El conjunto cordobés cambió el esquema a dos puntas y el ingreso de Franco Jara le dio mayor presencia en la zona de fuego.

 

Para equilibrar esto, Vaccari sacrificó a Loyola que jugó más de cinco que el propio Tata Martínez, reemplazante natural del suspendido Iván Marcone, a quien Independiente extrañó. El Chileno, diezmado por un cuadro febril que lo afectó los últimos días, debió resignar en ofensiva para retrasarse y marcar. Pero los centrales quedaron muchas veces muy cerca de Rey, muy metidos en el área chica, y Belgrano fue inteligente para ocupar ese hueco que quedaba entre los defensores y los volantes rojos.

 

Vaccari había apostado por el pibe Millán para reemplazar al lesionado Saltita González en el primer tiempo. El juvenil entró como interior zurdo, pero con el ingreso de Federico Mancuello, luego pasó como extremo y se diluyó. El DT hizo la gran Bielsa y lo sacó por Alex Luna. Mala lectura del entrenador que debió corregirse y eso implicó realizar una maniobra arriesgada con un pibe que necesita sentirse con confianza en vez de agregarle inseguridades.

 

Más allá de eso, Independiente no supo soportar la ventaja en el resultado, se replegó demasiado y lo pagó. En el último tramo, lo tuvo tanto como para ganarlo (contraataque inmejorable que desperdició Canelo) como para perderlo (salvada memorable de Rey). El punto le cuajó muy bien a la noche. El vaso medio lleno dirá que sigue sin perder; el vaso medio vacío, que no sabe ganar. Es hora de dar ese paso para completar la construcción.

 

 

Fuente Infierno Rojo


 

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