Miguel Angel López, "El Zurdo", estuvo en Emoción Roja. El legendario zaguero central y técnico campeón en el Maracaná (Supercopa 1995) dijo:
"Estoy orgulloso de haber pasado por la institución y
haber defendido la camiseta, con un grupo de jugadores que fuimos hermanos y lo
seguimos siendo. Hay momentos tristes, como el fallecimiento de Mencho Balbuena
y Santiago. Pero así es la vida. Siempre estoy pendiente de lo que sucede en
Independiente, y más todavía para que se normalice el tema de la pandemia, pueda
viajar e ir a la cancha a sentirme feliz donde siempre me trataron como en mi
casa. Creo que Independiente está en general bien conducido, desde las
divisiones menores. Hay que tener un poco de paciencia, que es en Independiente
donde menos se tiene. Ya vendrán los tiempos que el hincha quiere, con
paciencia y la capacidad de nuestro plantel y nuestro cuerpo técnico.
Algunos partidos los puedo ver (desde Colombia), pero en las
repeticiones los veo y estoy al tanto de todo. Me parece muy bien que esté
Falcioni, es un técnico trabajador en serio y no vende humo. Le deseo la mejor
de las suertes y también al Moncho (Monzón) que pone alma y vida en su trabajo.
Poco a poco, cuando se vayan conociendo más, se les facilitará todo. Hay que
encontrar al mejor plantel, al que más se entienda uno con otro, y eso lleva un
tiempito, pero creo que vamos por buen camino.
Yo tenía 11 leones (en la Supercopa 1995). Después de los
primeros partidos, le encontramos la vuelta y se hicieron casi imbatibles.
Había mucho corazón, mucho pundonor y buen pie. Era un equipo más experimentado.
Para mi el futbol es así: A mi me gusta ser ofensivo cuando
tengo la pelota, cuando la tiene el rival soy defensivo. ¿O quieren que los
deje pasar y nos llenen la canasta? El futbol es defensivo cuando hay que
recuperar el balón, y ofensivo cuando se avanza hacia la situación de gol. Si
se tiene los jugadores con las características. Decir ‘Me gusta ser ofensivo¡
es hablar por hablar, es vender humo. Nuestro equipo jugaba bien, hacía las
jugadas correctas individual y colectivamente. Commisso jugaba bien, Pancho Sá
ni hablar, el Chivo un monstruo, yo me la rebuscaba. Cuando teníamos que
achicar, lo hacíamos. Nos hacíamos fuerte en eso, y teníamos tres pilares en
medio campo, que jugaban generalmente dos: Raimondo o Galván y Semenewicz.
Cuando la pelota le llegaba al Bocha, el equipo se convertía en ofensivo.
Falcioni dejó en Colombia una buena imagen y siempre fue de
perfil normal. Demostró su capacidad, así que todos lo conocemos: hay que
apoyarlo, a él y a todo técnico hay que apoyarlo, porque se necesita mucho
acompañamiento: Hay que conformar a la dirigencia, a la afición y hasta a la
prensa. La prensa hace un trabajo comercial de acuerdo a su conveniencia
económica, que puede determinar resaltar hechos positivos o negativos: es un
negocio y tienen derecho de hacerlo como consideren. Por eso el cuerpo técnico
se encuentra solo, y necesita el apoyo. Incluso en muchos lugares y momentos se
le exigía al técnico colaboración económica para no insultar en la cancha. Hasta
eso ha pasado muchas veces y pasa en el fútbol.
Nuestro equipo empezó a funcionar bien fuera de la cancha: Todos
los jueves comíamos un asado el plantel, con dirigentes que quisieran llegarse.
Era sólo hablar de fútbol, entretenernos, hacer amistad, conocernos más y
aumentar el afecto. Conversar del próximo partido y de la obligación que
teníamos, y nos motivábamos uno al otro. Ernesto Baffa, bandoneonista, nos
acompañaba con tanguitos. Esos momentos nos unieron mucho y nos dejaron muchas
enseñanzas y muchos afectos.
Compartir charlas con la gente de Independiente es una
caricia al alma. Esa época para mí significó lo más importante de mi vida en
cuanto a alegrías. Agradezco mucho a Dios esa posibilidad de compartir el
momento con esos amigos en esta gran institución.
En ese partido contra River, perdíamos 0-2, y no me gustaba
la forma en la que estábamos perdiendo. Con garra, amor propio de
Independiente, había que intentarlo. Había que jugar a lo Independiente: Garra
en la cancha y buen pie. Los muchachos retomaron su nivel, llegó el empate 2-2,
y en los penales estaba seguro que lo ganábamos. Fue el único partido en mi
vida que estuve seguro que lo ganábamos. Y lo era porque Independiente es así: ¿Quien
iba a ser el primero en dar la vuelta en el Maracaná? Independiente claro. Por
eso fuimos con mucha fé. Y se dió".
Publicó Independiente Sin Censura

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