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jueves, 26 de septiembre de 2019

Lo que se juega Becca ante Defensa



(Foto: Mario Quinteros)

Por Favio Verona

El Rojo, que nunca llegó a cuartos en la Copa Argentina, enfrenta al Halcón en un duelo que podría ser clave para la continuidad de su entrenador.

En la cuerda floja. Ahí parece estar parado Sebastián Beccacece. En apenas 11 partidos, el entrenador está tratando de mantener el equilibrio para evitar caer en el abismo.

Su caso expone el grado de intolerancia con el que se convive a diario en el fútbol argentino. Nadie en el club se encuentra en condiciones de garantizar si el técnico va a continuar en caso de que esta noche su Rojo sea eliminado por Defensa, por los octavos de final de la Copa Argentina.

El triunfo ante Atlético Tucumán (1-0) sirvió para disipar un poco las nubes de tormenta que se habían instalado tras el conflicto con Pablo Pérez. Pero el cielo aún no es diáfano y el pronóstico es reservado. Todos saben que una caída contra el Halcón podría desatar un temporal.

Desde el entorno de la dirigencia aseguran que Beccacece se puso como plazo el duelo de esta noche. Argumentan que así lo expresó en una reunión que mantuvo el lunes de la semana pasada con el vicepresidente del club, Pablo Moyano, y el secretario general, Héctor Maldonado.
Y por lo bajo sostienen que durante el transcurso de estos días lo invitaron a reflexionar para que no sea tan categórico en cuanto a su postura. Lo cierto es que el técnico desmintió ese rumor que hicieron trascender algunos dirigentes.

“En ningún momento me puse plazos”, aseguró en dos oportunidades.

El Rojo marcha 13° en la Superliga a siete puntos del líder, Boca, aunque aún tiene pendiente el partido de la segunda fecha ante Newell’s, en Avellaneda. Todavía está con vida en el torneo. Eliminado de la Sudamericana, la Copa Argentina se presenta como la única posibilidad de acceder a la Libertadores del año que viene. Independiente nunca superó los octavos de final del torneo federal y, para intentar lograrlo, Beccacece pondrá a los mismos 11 que jugaron en Tucumán, aunque el esquema mutará de un 5-3-2 a un 4-3-3 en el que Sánchez Miño irá de volante.

El técnico conoce las reglas del juego, pero está sorprendido por el nivel de impaciencia que gira en torno al club. Los directivos lo respaldan públicamente, aunque en privado cuestionan los 15.500.000 dólares que se invirtieron para traer refuerzos. Un monto que, por otro lado, ellos aceptaron gastar.

Los jugadores también bancaron al DT ante los micrófonos: Martín Campaña, Nicolás Figal, Juan Sánchez Miño y Silvio Romero salieron a apoyarlo tras la sanción disciplinaria que decidió aplicarle a Pablo Pérez.

Lo cierto es que más allá de las palabras, sólo un triunfo podrá traer algo de calma.


Fuente Olé

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