(Foto: Mario Quinteros)
Por Favio Verona
El Rojo, que nunca llegó a cuartos en la Copa Argentina,
enfrenta al Halcón en un duelo que podría ser clave para la continuidad de su
entrenador.
En la cuerda floja. Ahí parece estar parado Sebastián
Beccacece. En apenas 11 partidos, el entrenador está tratando de mantener el
equilibrio para evitar caer en el abismo.
Su caso expone el grado de intolerancia con el que se
convive a diario en el fútbol argentino. Nadie en el club se encuentra en
condiciones de garantizar si el técnico va a continuar en caso de que esta
noche su Rojo sea eliminado por Defensa, por los octavos de final de la Copa
Argentina.
El triunfo ante Atlético Tucumán (1-0) sirvió para disipar
un poco las nubes de tormenta que se habían instalado tras el conflicto con
Pablo Pérez. Pero el cielo aún no es diáfano y el pronóstico es reservado.
Todos saben que una caída contra el Halcón podría desatar un temporal.
Desde el entorno de la dirigencia aseguran que Beccacece se
puso como plazo el duelo de esta noche. Argumentan que así lo expresó en una
reunión que mantuvo el lunes de la semana pasada con el vicepresidente del
club, Pablo Moyano, y el secretario general, Héctor Maldonado.
Y por lo bajo sostienen que durante el transcurso de estos
días lo invitaron a reflexionar para que no sea tan categórico en cuanto a su
postura. Lo cierto es que el técnico desmintió ese rumor que hicieron
trascender algunos dirigentes.
“En ningún momento me puse plazos”, aseguró en dos
oportunidades.
El Rojo marcha 13° en la Superliga a siete puntos del líder,
Boca, aunque aún tiene pendiente el partido de la segunda fecha ante Newell’s,
en Avellaneda. Todavía está con vida en el torneo. Eliminado de la
Sudamericana, la Copa Argentina se presenta como la única posibilidad de
acceder a la Libertadores del año que viene. Independiente nunca superó los
octavos de final del torneo federal y, para intentar lograrlo, Beccacece pondrá
a los mismos 11 que jugaron en Tucumán, aunque el esquema mutará de un 5-3-2 a
un 4-3-3 en el que Sánchez Miño irá de volante.
El técnico conoce las reglas del juego, pero está
sorprendido por el nivel de impaciencia que gira en torno al club. Los
directivos lo respaldan públicamente, aunque en privado cuestionan los
15.500.000 dólares que se invirtieron para traer refuerzos. Un monto que, por
otro lado, ellos aceptaron gastar.
Los jugadores también bancaron al DT ante los micrófonos:
Martín Campaña, Nicolás Figal, Juan Sánchez Miño y Silvio Romero salieron a
apoyarlo tras la sanción disciplinaria que decidió aplicarle a Pablo Pérez.
Lo cierto es que más allá de las palabras, sólo un triunfo
podrá traer algo de calma.
Fuente Olé
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