Fuente Télam
Por Francisco Schiavo
Curiosamente, una vuelta olímpica rompió la armonía en un
club.
Fue Independiente, que después de ganar la Copa Sudamericana 2017, ante
Flamengo, y nada menos que en el Maracaná, vio cómo se resquebrajaba una
armonía que bien pudo haber durado años.
Esa era la intención.
¿Qué pasó? Todos
aún deben estar preguntándoselo.
En aquella ocasión, un conjunto le hizo honor
al mote de un club copero y, con refuerzos apropiados, más el buen aporte de
los juveniles del club, formaron una unidad casi inquebrantable.
Y "casi"
será un palabra clave.
A partir de entonces, la conducción del club, encabezada por
Hugo Moyano, le dio superpoderes al entrenador campeón, Ariel Holan, que de un
manotazo tiró el castillo que había construido a orillas de lo que podría haber
sido un gran éxito.
Renunció, pero a las pocas horas quiso volver. Y le
aceptaron los caprichos. El DT desarticuló su cuerpo técnico. Hizo y deshizo a
su antojo. Incluso con desvinculaciones e incorporaciones en el plantel.
Y
aquel engranaje que funcionaba tan bien empezó a crujir. Hasta que se trabó. Y
un mecanismo trabado en un reloj ya no sirve más.
Holan es un caso testigo que ahora, salvo por pequeñas
excepciones, parece replicarse.
Refuerzos que no rinden, gastos excesivos,
campañas cortas y la rechifla popular.
Sebastián Beccacece fue un boom en
Defensa y Justicia, pero en un puñado de partidos parece haber reunido lo peor
de los tiempos del seleccionado Argentino que participó en el Mundial de Rusia,
con Jorge Sampaoli a la cabeza. En aquel entonces, como colaborador, y hoy,
como entrenador principal, Beccacece parece tropezarse con piedras repetidas:
el trato con los jugadores.
El caldo de cultivo se da en un club particular, politizado
como pocos, como Independiente, cuyos principales líderes, Hugo y Pablo Moyano,
parecen más enfrascados en la política nacional que en los quehaceres de una de
las entidades más grandes.
Delegar no es fácil.
Entonces, ¿quién manda en el
Independiente de los Moyano?
Esa es la cuestión.
Fuente La Nación
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