Independiente pasó de ser un equipo veloz y dinámico a uno
previsible y cansino. Además, no para de sumar lesionados y eso le impide tener
regularidad en el once inicial.
Antes de llegar a Independiente, Ariel Holan remarcó en su
famoso audio de Whatsapp:
“Sin pelota, a la hora de defender, Independiente tiene que
tener una intensidad bielsística o simeonística. Un equipo corto y agresivo
para defender y para atacar hay que hacer un fútbol práctico y dinámico“.
Y agregó:
“Mucho proceso de entrenamiento y un equipo muy intenso para
defender y atacar”.
Sin dudas que el DT logró llevar su propuesta del dicho al
hecho con creces en su primer año de gestión. Tal es así que consiguió mucho
más que la Copa Sudamericana 2017: alcanzó una simbiosis inolvidable entre los
hinchas y sus jugadores. Un Independiente rápido, inteligente, activo,
protagonista y muy bien preparado.
Pero todo parece haberse esfumado. La salida de Alejandro
Kohan, su mano derecha, preparador físico y líder espiritual del plantel,
sumada a la partida de ciertos futbolistas y la llegada de otros con diversas
características, opacaron todo lo conseguido. Como si ellos hubiesen
secuestrado la poción mágica.
El Rojo se paró en vereda opuesta a lo que Holan expuso en
su comentario inicial. Físicamente se nota una plantilla más lenta, estática,
poco participativa, insulsa y con grandes inconvenientes para sostenerse dos
partidos consecutivos sin lesiones. Son innumerables los casos de jugadores que
debieron salir por inconvenientes físicos y es innegable la mutación negativa
que tomó el equipo en la naturaleza de su funcionamiento.
Basta con remarcar las constantes lesiones musculares de
Silvio Romero, Francisco Silva, Guillermo Burdisso, Martín Benítez y Ezequiel
Cerutti; quienes perdieron largas semanas de trabajo en las camillas de los
kinesiólogos.
¿En dónde está el problema?
¿Cuándo se perdió el foco?
¿Son futbolistas aptos para la idea del entrenador o se les
exige más de lo que pueden dar?
¿Quién los trajo y por qué?
La salida del PF fue traumática y desprolija. En el mundo
del fútbol se sabe que su relación se rompió por problemas extra deportivos y
que hubo una falta de diálogo. Habían creado una sociedad que benefició al Rojo
y ambos la destruyeron, perjudicando al Club.
“Yo puedo ofrecer capacidad y gestión. Un modelo
futbolístico que sea un mix entre la historia aguerrida de los 60 y mucha dinámica
e intensidad para reemplazar la falta de talento“, continuó el Profesor en su
comentario, pero esas palabras parecen haberse ido atrás de Kohan, sin
desconocer las grandes aptitudes del nuevo preparador físico del Orgullo
Nacional.
¿El DT podrá recuperar el terreno perdido, poner a sus
deportistas en la mejor forma física y motivarlos como lo hizo en su comienzo?
¡Por el bien de Independiente, que así sea!
Fuente Infierno Rojo


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