Por Eduardo Verona
"Hubiera sido un milagro que la selección tuviera un
funcionamiento", dijo el Flaco sobre la gira y afirmó que quiere reunirse
con el entrenador lo antes posible para charlar de lo que paso y lo que va a
pasar
Dura derrota ante Venezuela, triunfo ajustadísimo frente a
Marruecos. La Copa América que se dibuja en el horizonte cercano. Y las
opiniones del Flaco Menotti, quien como Director de selecciones nacionales,
interpreta y analiza lo que dejaron los dos partidos y las etapas de
definiciones que se avecinan.
-¿Estás muy preocupado por el rendimiento de Argentina?
-Sí, más bien. Siempre estoy preocupado, hasta por un
lateral que se hace mal. O por un pase que se da a los contrarios. La caída con
Venezuela no es el problema. El problema es cómo se jugó y cómo se perdió. La
verdad no sé lo que se pretendió hacer. En cambio, contra Marruecos, por lo
menos desde el fondo con una línea de cuatro firme y bien parada, hubo un
principio de orden que le permitió al equipo estar un poco más seguro. Claro
que milagros no pueden esperarse. El fútbol no convive con los milagros.
-¿Cuál hubiera sido un milagro?
-Que la Selección tuviera un gran funcionamiento, sostenido
por una estupenda idea. Esto no ocurrió. Y no podía ocurrir. El fútbol es
ensayo. Lo dije cientos de veces y lo voy a seguir diciendo. Ensayo para ir
encontrando las sociedades. Claro que las sociedades pueden desarrollarse
cuando los jugadores tienen cierta estabilidad. Si un día juega uno, mañana
otro, pasado mañana otro y así en todos los partidos, no puede haber
crecimiento. Es realmente imposible. Creo que esta etapa de cambios y más
cambios ya tendría que detenerse. El técnico tiene la necesidad de ir armando
su equipo, de contar con sus jugadores para después resolver lo que falta, que
no es poco.
-Scaloni dijo que él ya tiene al ochenta por ciento del
plantel para la Copa América y que le falta completarlo con cuatro o cinco
jugadores.
-Es una apreciación que hizo a la prensa. Habrá que tomarla
en ese contexto. Pero hay que ver. No es tan sencillo hacer números. Habrá que
saber quién es el arquero elegido. Si Armani, Andrada. Quien será el primer
central y el segundo. Aunque una de las dos funciones es muy probable que la
ocupe Otamendi que a esta gira no pudo llegar. Y así seguimos: definir quién
será el volante central que recupere la pelota con un buen primer pase. Quien
va a acompañar a ese gran talento que distingue a Messi.
-Hablas de Messi y no apareció ninguna mención enfocada en
Agüero. ¿Es imprescindible o no el Kun para la Selección?
-Imprescindible no hay nadie. Acá lo imprescindible es la
idea y el funcionamiento. Es el juego que tiene que mostrar la Selección. Por
supuesto que Agüero, a quien conozco muy bien, sé de lo que es capaz.
-¿Cómo lo definís?
-Como un goleador de la puta madre.
-¿Es un nueve o un media punta para jugar detrás del nueve?
-No, él es nueve. No un nueve clásico parado ahí adentro,
esperando la pelota de espaldas al arco. Es goleador. Resuelve en el área. Pero
sabe salir del área para tocar, entrar y descargar en pared como lo hacían
Pontoni o Pedernera o también el Toti Veglio que era un crack. Lo extraño es
que ahora lo piden todos y hace un tiempito se reclamaba que lo dejaran afuera.
Más allá de Messi y Agüero, lo que debe quedar bien en claro es que Argentina
tiene que abocarse a la tarea de la construcción. Y yo voy a colaborar en todo
lo que sea necesario. Porque estos partidos ante Venezuela y Marruecos ya
estaban programados antes de que me vinculara a la Selección. Bueno, se cumplió
con los contratos firmados y se abre otro panorama que con Scaloni y su grupo
tendremos que ir resolviendo en el día a día.
-¿Cómo lo viste a Scaloni en aquella primera charla que
mantuviste?
-Fue una charla de cuatro horas pero no un mano a mano.
Estaban sus colaboradores. Y cambiamos opiniones.
-¿Y ahora habrá otras charlas pendientes?
-Sí, por supuesto. Lo más pronto posible nos vamos a
encontrar para hablar de lo que pasó y de lo que tendría que ir pasando. Por
ejemplo para constituir una base del plantel y definir la idea. Sin una base es
imposible. Esto lo tenemos que charlar. Para eso me llamaron.
-¿No le habrá rebotado a Scaloni esa observación en la que
planteaste que iba a ser evaluado después de la Copa América?
-No. Todos somos evaluados permanentemente: los jugadores,
los técnicos, los periodistas. Todos estamos supeditados a esas reglas porque
lo que hacemos es una actividad pública sujeta a evaluaciones. Así que no creo
que Scaloni se haya sentido afectado por esas palabras.
-Repetís que hay que armar una base de jugadores para luego
ir progresando en la defensa, el medio y arriba. Dejando a Messi y Agüero de
lado, ¿qué impresión te dejó Lautaro Martínez?
-Es un jugador y un delantero bárbaro, pero se ve que
todavía le cuesta explotar, aunque las condiciones naturales las tiene. Pero lo
que voy a decir no involucra a Martínez. Lo que vengo advirtiendo es que son
muchos los jugadores argentinos que se van muy jóvenes a Europa y no
evolucionan como deberían evolucionar. No crecen como tendrían que crecer.
Frenan su desarrollo. Y entonces no terminan confirmando la impresión inicial
que uno tenía de ellos. Esto es un camino individual que también se vincula a
lo colectivo. Llegar a Europa puede ser un buen objetivo. Pero después hay que
seguir evolucionando. Y eso en muchos casos veo que se corta. Y no progresan.
En el fútbol, como en la vida, se puede aprender todos los días.
-¿Vos aprendés todos los días?
-Siempre hay que estar dispuesto a aprender. Hasta el último
día de la vida. Esta es una de las cosas que nunca dejó de acompañarme.
Aprender hasta el final.
“Marcone es el Busquets argentino, me encanta”
-De los jugadores que tuvieron muy pocos minutos frente a
Venezuela y Marruecos, ¿a quién te hubiera gustado verlo más tiempo?
-A mí me encanta como juega Marcone. Me parece el Busquets
argentino. Es un volante que sabe recuperar. Y que llegado el caso sabe
defender. Claro que tampoco todavía sabemos quién es el volante por derecha de
la Selección. O el que tiene que gestar juego para alimentar a los delanteros.
Arriba, quizás hay alguna precisión a partir de la presencia de Messi, a quien vi
con una fatiga emocional producto de tantas competencias que van a ser a todo o
nada en la Champions, la Copa del Rey y la última recta de la liga, donde el
Barsa entre otros partidos tiene que enfrentar al Atlético Madrid. En fin, todo
eso junto desgasta. Y Messi no es la excepción. Esa fatiga emocional quita
piernas, soltura, frescura. Y se notó, aunque haya jugado bien. Porque para mí
jugó bien dentro de las limitaciones del caso, que fueron muchas por el
rendimiento general del equipo. Igual y a pesar de todo, Messi es un
indiscutible. Él tendría que ser la frutilla que se suma a una Selección
respaldada por una estructura.
-Pero esa estructura no está.
-Y hay que construirla. No queda otra. Esta es la etapa que
se viene. Son los momentos de las definiciones. A partir de ahora empiezan esos
momentos. Porque no pueden dilatarse. Yo voy a estar participando en el predio
todos los días. Hay que ensayar con los jugadores que quedan en la Argentina.
Convocarlos y ensayar. Hablar, entrenar. Aunque sean pocos. Aunque sean diez,
ocho, seis, cuatro o dos. No importa. Los jugadores van a ser cuidados como
tienen que ser cuidados. De esto hablo por experiencia. Yo ya lo hice en la
Selección. Los clubes van a ser respetados. Los entrenadores de esos clubes,
también. Pero la Selección necesita a los jugadores. Necesita que se junten.
Tenerlos aunque sea una, dos o tres horas por semana. Es fundamental encontrar
esos tiempos para ir midiendo las respuestas, las complicidades futbolísticas y
pulir ciertos conocimientos que no pueden desatenderse.
“La conducción de Sampaoli fue un desastre”
“La Selección no solo requiere tomar buenas decisiones
respecto a las capacidades de los jugadores que son convocados y a la calidad
de los entrenamientos que se realizan. Hay que tener una mirada más amplia. Más
abierta. Porque acá también está en juego la conducción. Y en la Selección
últimamente han ocurrido cosas muy negativas relacionadas con la conducción”.
Menotti la dejó picando. Y fue avanzando casi sin que tengan
que aparecer las preguntas. Porque la respuesta parecía anticiparse. Solo hacía
falta una consideración general para que profundizara su mirada.
-¿Cuando hablás de conducción que ponés arriba de la mesa?
-Todo lo que significa conducir. Ya no me refiero
específicamente a lo futbolístico. Por ejemplo, lo de Sampaoli en el Mundial en
el plano del fútbol ni hace falta agregar nada. Quedó todo a la vista. Ahora su
conducción fue muy deficitaria. Un desastre. Eso fue lo peor. Y se notó. Porque
la Selección expone mucho las virtudes y los errores. Si tengo que hablar de
virtudes, voy a mencionar a Bielsa. Su Selección fue la mejor que funcionó en
la etapa previa a un Mundial. Después pasó en el 2002 lo que todos sabemos. A
Martino también lo destaco. Y se terminó yendo luego de dos años al frente de
Argentina.
-A partir de la salida de Martino comenzó un gran retroceso.
-Yo me sorprendí con su salida. Pero después uno se va
enterando que no le habían pagado prácticamente nada de lo que tenía acordado.
Y así fueron llegando primero Bauza, después Sampaoli, al que los periodistas
apoyaron de entrada casi sin excepciones y luego del Mundial, Scaloni. Tantos
cambios en tan poco tiempo no son positivos para nadie. Y la Selección termina
pagando todos los errores. Por eso hay que pensar bien el camino que uno elige.
El camino tiene que superar la perspectiva inmediata del resultado. Y mirar el
juego. Por eso la Selección argentina tiene que reivindicar el juego.
Fuente Diario Popular
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