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Por Eduardo Verona
El Bocha siempre expresó una idea para interpretar el fútbol
que la supo mantener bajo cualquier circunstancia y cualquier contexto. Y esta
convicción expresada con absoluta naturalidad le granjeó tantas simpatías como
rechazos
Siempre habló sin tibiezas Bochini, fiel a su pensamiento
futbolístico que nunca abandonó ni aún en circunstancias complejas.
En esta oportunidad el entrenador de Independiente, Ariel
Holan, fue criticado por el Bocha por los refuerzos que trajo al club y por lo
que mostró el equipo en el 2018.
Hay que referirse a Ricardo Enrique Bochini. No por todo lo
que jugó desde que debutó en Primera en 1972 y se despidió en 1991. Ese jugador
extraordinario (superior a Andrés Iniesta) forma parte de las grandes memorias
del fútbol mundial.
Hay que referirse al Bocha porque sigue siendo el Bocha.
Porque nunca borró con el codo lo que escribió con la mano. No se traicionó. No
acomodó su pensamiento futbolístico a tendencias, clichés y conveniencias
particulares. No transó para recibir a cambio determinados favores ocasionales.
Bochini siempre expresó una idea para interpretar el fútbol
que la supo mantener bajo cualquier circunstancia y cualquier contexto. Y esta
convicción expresada con absoluta naturalidad le granjeó tantas simpatías como
rechazos. Y tantas adhesiones como algunos viejos encontronazos hasta con
compañeros de la vida y el fútbol, como por ejemplo con Daniel Bertoni, cuando
ejerció durante pocos meses como entrenador de Independiente en la segunda
mitad de 2004, luego de la muerte del Pato Pastoriza aquel lunes 2 de agosto.
Por aquellos días, Bochini criticó algunos planteos
conservadores de Bertoni. Como antes había criticado al Flaco Menotti cuando
pasó por Independiente. O a Enzo Trossero. Incluso a Pastoriza. Y a tantos
otros que fueron técnicos del Rojo. Y de la Selección nacional.
El Bocha no fue cortesano ni indulgente con nadie. Si algo
no le gustaba lo decía con claridad meridiana, más allá de los disgustos
pasajeros o definitivos que podrían provocar sus palabras. Ariel Holan, en esta
oportunidad como en otras oportunidades, quedó enfocado por Bochini, con quien
mantiene desde que arribó al club en enero de 2017 una muy buena relación que
se extiende sin contratiempos. Por lo menos hasta ahora.
Ese buen ida y vuelta con Holan, sin embargo no condiciona
al Bocha a la hora de brindar su opinión sobre la marcha del equipo y sobre
algunas cuestiones muy sensibles a las decisiones que tomó el técnico.
En los últimos días, Bochini dejó en medios partidarios
comentarios que Holan habrá tenido que digerir con muchísima diplomacia. Algo
que por otra parte no es ajeno a la estrategia de Holan.
Dijo el Bocha:
“Antes Independiente a veces no ganaba, pero te dejaba algo.
Hoy no se ve eso. No hay un equipo fuerte. Holan va a tener que mejorar mucho y
analizar bien qué jugadores trae para reforzar el equipo”.
Amplió Bochini sus observaciones sobre el entrenador:
“La gente tenía otras expectativas después de haber ganado
la Copa Sudamericana. Independiente se quedó afuera de todos los torneos que
jugó. Los jugadores que trajo Holan no rindieron”.
Y agregó:
“La tenencia sin profundidad no sirve. La podés tener todo
el partido, pero si lateralizas o jugás hacía atrás no le metés un gol a nadie.
Precisamos jugadores que miren el arco, que gambeteen y asistan”.
No son las únicas críticas que despachó Bochini sobre la
labor de Holan. Son las últimas. También antes había mostrado su disconformismo
con la formación del equipo en el partido decisivo ante River en el Monumental
por los cuartos de final de la Copa Libertadores.
En ese momento, afirmó:
“No entiendo porque no jugó Gigliotti desde el arranque. Y
tampoco entiendo porque en el mejor momento de Benítez en el segundo tiempo, lo
reemplaza. Se equivocó. Yo hablé con Benítez y no es cierto que salió por un
calambre. Salió por una variante que no comparto. Independiente respetó
demasiado a River queriendo jugar de contraataque. Y River no es para temerle
tanto. No es ningún equipazo”.
Esta postura crítica del Bocha sin embargo no significa que
pretenda desestabilizar a Holan. No es su propósito. El afán que siempre
persiguió Bochini es decir lo que considera que tiene que decir. Y no lo que
otros prefieren que diga.
¿Qué son pocos los que opinan sin pedirle permiso a alguien
y ser un eslabón más del escenario políticamente correcto? Sí, son muy pocos.
El Bocha tiene un doctorado ejercitando su autonomía. Pero no para
distinguirse. Fue así. Es así. El cree en el fútbol que jugó. En el fútbol sin
versos tacticistas. En el fútbol sin miedos. Ese fútbol lo representa. Y cuando
siente que algo no le cierra y que algo no le gusta, esté quien esté sentado en
el banco, lo explica y lo argumenta.
A la manera del Bocha. Sin anestesia. Holan no lo debe
ignorar. Y si lo ignoraba es porque desconocía la personalidad del Bocha.
Fuente Diario Popular
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