La decisión de dejar a Sampaoli en la Selección no refleja
una vocación dirigencial por el respeto de los contratos. La AFA eligió la
vieja fórmula del siga siga esperando que el tiempo desgaste aún más al DT.
Por Federico Rozenbaum
Jorge Sampaoli continúa como técnico de la Selección por
tres cuestiones centrales. La primera es por un contrato que vence en cuatro
años. La segunda es porque echarlo implicaría 8.264.000 de dólares. Y la
tercera es porque los mandamás de la AFA prefieren gambetear esos dos
"temitas" anteriores: el despido y la platita de la indemnización. Ni el presidente Claudio Tapia ni el vice
Daniel Angelici tomaron ninguna decisión. La única decisión que se tomó por
ahora fue la de no decidir nada. En términos políticos, esto es lo que el
diputado Felipe Solá llama "hacerse el boludo".
Si la AFA quedó totalmente disconforme con el trabajo de
Jorge Sampaoli antes y durante el Mundial, ¿qué debería ocurrir en el post
Rusia 2018 para que los dirigentes cambien efímeramente esa imagen del DT?
También surge otra pregunta. Si lo quieren, ¿por qué no lo respaldan en
público?
Seguir con la mujer que no querés, con el amigo que no te
bancás o con el socio al que le desconfiás, suele resultar tóxico. Estirar lo
que está roto no soluciona nada. Claro, no todos se pueden separar. Hay que
pagar costos. Y acá no hay candidatos para levantar la mano de la autocrítica.
Fuente Olé


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