Largo aliento. Franco posa contento después de prolongar su contrato con el Rojo.
Ese es el monto de su cláusula de salida. A los 21 años, el
defensor es una pieza fundamental en el equipo de Holan.
De evitar las patadas y los tiros en el potrero de la
peligrosa Villa Tranquila a refugiarse en el humilde club Las Torres de Dock
Sud. De dejar de jugar a la pelota a retomar de más grande la ilusión de ser
futbolista en las Inferiores de San Telmo. Del Ascenso a la máxima categoría
sin escalas en un grande como Independiente. De ser mediocampista de marca a
encontrar su lugar en el mundo en la zaga central de la defensa. De debutar en
Primera a salir campeón en el Maracaná. De los problemas económicos y
familiares a firmar su segundo contrato como jugador profesional con una
cláusula de rescisión de 20 millones de dólares. A los 21 años, Alan Franco,
una de las joyas del Rojo, ya tiene toda una historia para contarles a Dalma y
Stefano, sus hijos de seis años y nueve meses respectivamente.
Si todavía no cumplió con el sueño de sacar a sus padres
Estela y Javier y a sus hermanas menores Abril y Delfina del picante barrio de
emergencia donde nació -ubicado a un kilómetro del centro de Avellaneda- para
llevarlos a vivir a una zona más segura, no es a esta altura por una cuestión
de dinero; a pesar de todo, sus papás no quieren dejar ese lugar en el que
lucharon tanto para formar una familia.
Villa Tranquila no le hace honor a su nombre. La droga y la
delincuencia se concentran en ese radio de 20 cuadras que la conforman. De allí
salió Franco, que ayer se dio la mano con los dirigentes luego de sellar la
renovación de su vínculo con Independiente hasta el 2022, con una sustancial suba
de su salario. Y si por caso algún equipo pretende llevárselo de manera directa
ahora deberá desembolsar al menos 20 millones de dólares.
Fue Fernando Berón, el director técnico de la Reserva del
Diablo, quien lo bajó del medio a la defensa. Y ahí se quedó el juvenil de un
metro ochenta de altura que tiene la presencia de un jugador experimentado. San
Telmo fue la institución en la que se formó hasta la Cuarta categoría (llegó a
ir al banco de la Primera en la C), después de iniciarse en Las Torres, un club
que les da espacio a chicos de bajos recursos.
En poco tiempo se afianzó en el equipo de Ariel Holan y fue
uno de los puntos altos del campeón de la Sudamericana 2017. Tanto es así que
sus actuaciones lo pusieron en el radar de Jorge Sampaoli, el DT de la
Selección, que lo tiene anotado para el recambio post Mundial.
Alan Franco ya no es el futuro; es un presente enorme. Es un
faro para esos pibes que nacen sin otra cosa que las ganas de ser. Es una
certeza: el sacrificio vale la pena.
Fuente Clarín
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