Doblete de Gigliotti
Por Andres Morando
Llegamos a Rosario con el golpe de la suspensión a Figal (te
esperamos pronto, Nico), el karma por no ganar de local y todo el fútbol
argentino castigándonos por la no cesión de Ezequiel Barco a la Selección Sub
20. Llegamos a Rosario mirados de reojo, siempre tildados de segundones, nunca
como protagonistas. Relativizados y subvalorados. Pero, por si todavía no se
dieron cuenta, Independiente está de vuelta
Y cómo les duele a muchos...
Por eso, felicitaciones a cada uno de los jugadores que ayer
vistieron la gloriosa camiseta del bicampeón mundial.
A Fabricio Bustos, que
además de tener unos cojones gigantes, nunca da por perdida una pelota y encima
pasa al ataque (golazo en su debut en la red). A Alan Franco, cada vez más
aplomado en la zaga. Al capitán Tagliafico, que se juega el pellejo. A los
renovados Sánchez Miño y Torito.
A Campaña, que no deja de ordenar
-putear/arengar- a sus compañeros, al perseverante Martín Benítez -se decidió a
ser crack, anoche lo ratificó con dos pases estupendos-, a los killers seriales
Rigoni y Gigliotti (la semana pasada le pedí goles para ayer y para el que
viene) y, por supuesto, a Barquito, que, como era de preveer, ayer se lo notó
apagado, cabizbajo y deprimido por no viajar para ser dirigido por un DT 100%
Gas.
Así, todos los Diablos disfrutamos de la victoria más relevante del equipo
en, al menos, un año y medio.
¿Ahora qué van a decir? ¿Qué no se jugó contra un
rival de fuste? Pues no, se le ganó con autoridad al escolta del torneo (de
nada Boquita, igual nos reencontramos en unas fechas, eh?).
No podemos, no queremos frenar esta ilusión. Este volver a
llenarse el pecho ante cada pase bien dado, cada búsqueda al compañero, al
vacío claro. Este hambre de gloria que acompaña a cada uno de nuestros pibes.
Estamos exultantes. Nos sentimos representados por el juego. ¿Machacaban que
sólo sabíamos jugar de contragolpe? Repasen el primer gol.. Lo demás fue una
delicia.
A seis días de la Academia de la Nada.
En el Libertadores.
Y sin
Erviti.
Tiempo de revancha.
Fuente Olé

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