Eufórico por el andar del equipo, Holan aseguró que sus
jugadores son "gladiadores". Olé te cuenta cómo hizo el técnico para
cambiarle la cabeza al plantel.
Nicolás Tagliafico
Por Favio Verona
No es del palo del fútbol Hugo Moyano. Pero aun así, logró
percibir la sensación térmica del vestuario. "Se nota que algo cambió
porque ahora ganamos los partidos que antes perdíamos", comentó el
presidente.
Y es cierto: a Independiente le cambió la cabeza desde que llegó
Ariel Holan. Los jugadores, que el año pasado caían en el terreno de la
resignación ante el primer contratiempo, hoy le hacen frente a la adversidad.
La fragilidad se transformó en tenacidad. La apatía en enjundia. Cuando al
equipo se le presentan obstáculos, como sucedió el sábado ante Huracán (2-1),
se mete al área contraria de prepo, impulsado por otros atributos: el empuje, el
ímpetu y el vigor.
"Mis jugadores son gladiadores que dejan hasta la
última gota de sudor. Son leones", expresó el técnico.
"Jugamos con
pierna fuerte y templada", infló el pecho. Si el Rojo lleva 12 partidos
invicto (seis triunfos y seis empates), mucho tiene que ver el factor anímico.
El entrenador tuvo que tomar varias medidas para levantar a
un plantel que estaba golpeado. Lo primero que hizo fue realizar una profunda
renovación.
"Cuando llegué al club tuve que tomar decisiones muy
difíciles. Nos quedamos sólo con los jugadores que estaban orgullosos de estar
acá", contó.
La limpieza apuntó a despojarse de los futbolistas que venían
contaminados por la acumulación de fracasos, como Cuesta, Pellerano, Ortiz,
Vera y Denis. Además, Cebolla Rodríguez ya tenía tomada la decisión de irse
desde diciembre. Holan apostó a darle un baño de frescura al vestuario
otorgándoles un papel protagónico a varios juveniles. Y tomó la determinación
de concederle la capitanía a Tagliafico.
"Es un gladiador. Representa todo
lo que quiero para Independiente: entrega incondicional, sacrificio y
personalidad para no bajar los brazos en las difíciles. Contagia
permanentemente a sus compañeros", explicó el DT.
Para mantener a la tropa motivada, Holan apela a todo tipo
recursos. En las concentraciones, los jugadores acuden a clases de coaching.
Antes de entrar a la cancha, es habitual que se proyecten videos en el
vestuario. La música épica suele escucharse mientras en la pantalla se ve
reflejado el esfuerzo invertido en los entrenamientos, goles, festejos o
jugadas en las que los futbolistas traban y ganan alguna pelota. El arsenal de
herramientas del entrenador es muy amplio: en los últimos días se decoró el
vestuario del estadio con frases. Y en la cancha en la que el plantel suele
entrenarse en Villa Domínico pusieron un cartel con el lema propuesto por los
jugadores: Compromiso. Actitud. Intensidad.
Las extensas charlas grupales que el entrenador promueve en
las concentraciones apuntan a zanjar diferencias para el fortalecimiento del
plantel. El hecho de que los almuerzos concluyan con interminables sobremesas
también es un síntoma de que el grupo goza de buena salud, ya que antes todos
salían disparados hacia el estacionamiento apenas finalizaban las prácticas.
Incluso, en varias ocasiones,el entrenador organizó reuniones con jugadores
históricos como Bochini, Santoro y Pavoni. La idea es afianzar el sentido de
pertenencia.
El cuerpo técnico les ofreció a los jugadores la chance de
entrenarse por la tarde en el gimnasio del preparador físico Alejandro Kohan.
Se trata de una propuesta opcional, aunque son varios los que concurren. Holan
incluso supo dotar al público de paciencia: "Me emociona escuchar a la
gente frenando a los pocos que producen murmullos".
Con Tagliafico como emblema, Holan supo cambiarle la cabeza
al club. Cada vez está más cerca de verse reflejada la "intensidad
bielsística o simeonística", con la que él sueña.
Fuente Olé
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.