Por Beto Tisinovich
Vimos otra actuación del Rojo que se pareció a casi todos
los partidos del torneo, pero con el agravante de la tonta expulsión de
Mancuello.
Basta, muchachos. Se pusieron en ventaja contra un equipo C de Boca (varios serían titulares indiscutidos con la roja), se dejaron empatar y terminamos sin el capitán por su irresponsabilidad justo antes del choque con los vecinos.
Demasiadas contras juntas para intentar tener la chapita de querer pelear el campeonato.
Dijimos que otra vez a Independiente le pasó lo mismo que en varios encuentros. Más o menos hace las cosas bien hasta llegar, parece que llega el segundo pero casi nunca (sólo con Arsenal) liquida. No tiene alma asesina. No ve la sangre del rival para aniquilarlo y, lo que es peor, que con nada te empatan. Sólo con meter un centro en el área nuestra, el rival ya sabe que te emboca. Una pelota bombeada, el arquero que no sale y el cabezazo de Burdisso pone el 1-1 y chau. Golpazo tremendo y un par de minutos después de la misma forma, aunque el centro llegó del otro lado, casi terminamos el PT abajo.
Inconcebible para un equipo profesional. Se nota que no se toman precauciones y, quizás, haya que agregar más trabajo y no terminar las prácticas apenas pasado el mediodía. Ojo, también lo digo con las jugadas de pelota parada a favor. Los corners son todos de Mancuello. Parece empecinado en hacer otro olímpico y no hay muchas variantes más. Todo esto genera bronca y más bronca.
Porque está claro que hay material, y si bien faltaron cuatro titulares (Torito, Cuesta, Riaño y Toledo) hubo chances para ganar y volvió a pecar de inocente. Entró en el juego de Boca, Sara se la pasó haciendo tiempo como en su época en Rafaela, y los nuestros se nublaron. A no ser por Pisano, Albertengo y Méndez, los demás jugaron en un nivel bajísimo. No hubo desbordes. Pizzini y Benítez arrancaron para hacer la jugada del año y terminaron chocando con sus permanentes indefiniciones.
También fue para preocuparse lo de la defensa. Victorino tuvo una noche de terror y los otros tres ya sabemos que cada vez que juegan nos demuestran lo flojo que andan.
Si a todo esto Mancuello se hace amonestar por una protesta por un corner y se hace echar (aunque tenía razón) por una calentura sin pensar en lo que viene, estamos en un momento complicado.
Demasiado y ya repetido.
Así no va...
Basta, muchachos. Se pusieron en ventaja contra un equipo C de Boca (varios serían titulares indiscutidos con la roja), se dejaron empatar y terminamos sin el capitán por su irresponsabilidad justo antes del choque con los vecinos.
Demasiadas contras juntas para intentar tener la chapita de querer pelear el campeonato.
Dijimos que otra vez a Independiente le pasó lo mismo que en varios encuentros. Más o menos hace las cosas bien hasta llegar, parece que llega el segundo pero casi nunca (sólo con Arsenal) liquida. No tiene alma asesina. No ve la sangre del rival para aniquilarlo y, lo que es peor, que con nada te empatan. Sólo con meter un centro en el área nuestra, el rival ya sabe que te emboca. Una pelota bombeada, el arquero que no sale y el cabezazo de Burdisso pone el 1-1 y chau. Golpazo tremendo y un par de minutos después de la misma forma, aunque el centro llegó del otro lado, casi terminamos el PT abajo.
Inconcebible para un equipo profesional. Se nota que no se toman precauciones y, quizás, haya que agregar más trabajo y no terminar las prácticas apenas pasado el mediodía. Ojo, también lo digo con las jugadas de pelota parada a favor. Los corners son todos de Mancuello. Parece empecinado en hacer otro olímpico y no hay muchas variantes más. Todo esto genera bronca y más bronca.
Porque está claro que hay material, y si bien faltaron cuatro titulares (Torito, Cuesta, Riaño y Toledo) hubo chances para ganar y volvió a pecar de inocente. Entró en el juego de Boca, Sara se la pasó haciendo tiempo como en su época en Rafaela, y los nuestros se nublaron. A no ser por Pisano, Albertengo y Méndez, los demás jugaron en un nivel bajísimo. No hubo desbordes. Pizzini y Benítez arrancaron para hacer la jugada del año y terminaron chocando con sus permanentes indefiniciones.
También fue para preocuparse lo de la defensa. Victorino tuvo una noche de terror y los otros tres ya sabemos que cada vez que juegan nos demuestran lo flojo que andan.
Si a todo esto Mancuello se hace amonestar por una protesta por un corner y se hace echar (aunque tenía razón) por una calentura sin pensar en lo que viene, estamos en un momento complicado.
Demasiado y ya repetido.
Así no va...
Fuente Olé

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.