Por Cristian Fernández
Independiente tiene un déficit notorio en ambas áreas, donde
se ganan los partidos. En la propia sufre cada error y en la ajena la falta de
claridad, de armado y de contundencia para dañar al rival.
Es muy común que cuando se intente defender un proyecto o a
un entrenador se reduzcan las discusiones a los números. También se recurre a
ellos para criticar. Esta ambigüedad está muy presente en el Rojo porque
aquellos que día a día piden el alejamiento de Jorge Almirón plantean sus
fundamentos en la posición en la tabla, la poca cantidad de puntos cosechados y
el momento que atraviesa el equipo.
Enfrente, aquellos que ven con buenos ojos el camino, la
idea y los pasos dados por el DT plantean números que benefician su postura. No
es un dato menor que Independiente sea uno de los equipos que tiene mayor
posesión de pelota, que forme parte también de los que más pelotas recuperan
por partido y uno de los que mayor volumen de pases bien dados ha conseguido.
Y, desde este humilde lugar planteo que ambos tienen razón.
Si bien la posición actual de Independiente en la tabla es desesperante porque
fluctúa en la mitad rodeado de equipos cuyos planteles son claramente
inferiores, es real que el Rojo controla la pelota, propone siempre en todas
las canchas y mantiene la lucha por una idea futbolística.
Claro está que tener la posesión de la pelota no significa
controlar el partido. Alcanzar grandes cantidades de pases no asegura
crecimiento en el campo de juego y llegadas claras de gol. Sí es importante el
nivel de la recuperación de la pelota, más aún porque en el contraataque
Independiente ha sabido sacar ventajas. Sin lugar a dudas, ese es uno de los
puntos que mejor ha logrado Jorge Almirón y su plantel.
Sin embargo, no ha podido aprovecharlo en su totalidad.
Sobre todo por la falta de contundencia en el área y la carencia de claridad y
decisión a la hora de armar el ataque. No es algo casual que Independiente
llegue tocando con gran calidad hasta tres cuartos de cancha y en el momento de
la definición aparezcan errores por no elegir bien el camino o por no definir
con justeza.
En cuanto a la defensa hay que señalar que no se mantiene
firme para alcanzar la valla invicta. Los errores individuales se multiplican y
cada vez que uno de ellos aparece, el Rojo tiene que ir a buscar la pelota
adentro del arco. Almirón cambió la dupla central varias veces y parece que el
tándem Mauricio Victorino – Víctor Cuesta es de lo mejor que se vio. Los
laterales siguen en deuda y la zona de volantes no ayuda a la contención, ya
que se extraña mucho al uruguayo Diego Rodríguez Berrini.
En estas condiciones muchos hablan de este último aspecto.
“Independiente defiende mal” o “Independiente no sabe defenderse” suelen ser
algunos de los comentarios que suenan por Avellaneda. Sin embargo, para mí, el
principal problema está en el área rival. Los delanteros no hacen diagonales
para recibir mano a mano frente al arquero. Los volantes que crean juego
deciden mal sus pases y, sobre todo, el remate es imperfecto y pocas veces
termina adentro.
Sin lugar a dudas, Independiente debe trabajar en la semana
los errores a corregir en defensa, sobre todo en pelota parada, pero también y
casi como foco principal, diferentes maneras para que a la hora de ser
determinante en el área rival no desperdicie las chances y empiece a marcar su
superioridad en el resultado.
Algo que se pide a gritos desde todos lados.
Fuente Infierno Rojo



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