No es la primera vez que se afirma desde este blog, en forma crítica, que Diego Rodriguez confía mucho de sus reflejos sobre la línea abajo de los palos.
Y no ofrece seguridad en el juego aéreo
Para un arquero promedio del fútbol actual un centro prácticamente desde la línea de fondo y cerca del banderín con pelota en movimiento y donde cayó, es fácil para el guardavalla.
Cuenta con la ventaja de su altura, potencia de piernas y el dominio de la altura por poder utilizar sus brazos, único privilegiado de su equipo para hacerlo.
Además los árbitros cobran carga ilícita y penalizan el contacto con el arquero.
Observando desde donde le cabecean no me cabe duda de la responsabilidad, en última instancia del "Rusito" en el gol de Unión.
La imágen es elocuente.
El entrenador de arqueros debería trabajar más en este aspecto.
Por rrrojo
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