Foto de Independiente - Unión. (Télam)
Por Nahuel Trasmonte
Independiente volvió a ser desprolijo y, más allá del empuje
del final, terminó igualando con Unión en un partido ajustado. Montenegro
adelantó al Rojo de penal pero Alemán, tras centro de la figura Palacios, puso
el 1-1 final.
El partido pendiente con Unión (se había suspendido tras
aquel episodio de las armas de la barra) se presentaba como una gran
oportunidad para que Independiente se acercara a los puestos de ascenso y
certificara la fortaleza de local. Y más allá del empate, que no es malo
teniendo en cuenta el potencial del rival (quedó tercero solo y estiró a cinco
su invicto), volvió a endeudarse en los ítems juego, llegadas, dominio… Ya
tiene bien en claro cómo será la lucha hasta el final.
De entrada Unión impuso condiciones desde la velocidad de
Sebastián Palacios, gran figura de la tarde. El ex Boca dejó a Moreno mano a
mano antes de los 5’ y el Ruso Rodríguez tuvo que apagar el incendio. Pero el
Rojo reaccionó y Montenegro dejó solito a Menéndez para abrir la cuenta. El
rubio lo perdió de forma insólita pero tuvo revancha ya que Islas lo bajó en el
área (pareció apresurada la reacción del arquero) y el propio Rolfi (en dos
oportunidades) adelantó a su equipo.
Pero otra vez Independiente salió dormido y Moreno estuvo
otra vez ahí: lo salvó el travesaño. Y en otra escalada espectacular de
Palacios (tres en el camino y centro notable) Alemán clavó el empate de cabeza.
De ahí al final, los nervios del Rojo rompieron el casting y se quedaron con el
papel protagónico. De Felippe movió el banco pero su equipo no pudo adueñarse
de la pelota y no creó peligro más que por empuje y centros.
De esta forma, Independiente se quedó en 18 puntos y ahora
comparte el octavo puesto con Gimnasia (J) y Sportivo Belgrano, a quien
visitará en la próxima fecha. Para trepar significativamente en la tabla deberá
encarar los partidos en casa con más fútbol que ganas, deberá estar preciso
frente al arco y, sobre todo, mantener la regularidad en los 90 minutos,
quizás, la mayor deuda pendiente.
Fuente Olé
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