Por Favio Verona
Caicedo, por primera vez de titular en lugar de Farías,
hizo de todo pero no ligó: pegó dos tiros en los palos.
Increíble... Cuesta explicar que Juan Caicedo haya
terminado el partido sin poder festejar un gol.
Porque el delantero colombiano,
en su primer partido como titular desde su llegada a Independiente, tuvo cuatro
chances claras para festejar su primer grito con la casaca roja.
Y en las
cuatro oportunidades, ese “gol” le quedó atragantado como una espina.
A él y a
los hinchas.
Sin embargo, pese a las ocasiones fallidas, la gente reconoció su
enorme entrega durante los 90 minutos.
En la última parte del partido, ya con
el resultado 0-1, surgió espontáneo el “olé, olé, olé, olé, Negro, Negro”. Como
para confirmar que se ganó el puesto justo después de una semana en la que
tanto se habló sobre su aparición en lugar del tan cuestionado Ernesto Farías.
“No ligamos nada. Insistimos pero no se pudo llegar al
gol. Tuvimos mala suerte”, explicó el delantero en el campo de juego, aún con
las pulsaciones a mil por el desgaste que hizo y también por la derrota. Es que
lo suyo, por momentos, fue insólito. A los 8 minutos de juego entró al área en
diagonal y recibió un pase perfecto de Leguizamón. Su derechazo fue bien tapado
por Ibáñez. Esa fue de entrada, como un aviso de las situaciones que tendría
luego...
Picante, exigiendo siempre al fondo mendocino,
encendido, Caicedo contó con otra chance en la primera mitad. Fue a los 43
minutos. Otra vez Leguizamón le tiró un centro desde el sector derecho y el
colombiano, ingresando por el medio del área, metió un buen cabezazo que Ibáñez
sacó con esfuerzo al córner.
Ya en el segundo tiempo llegaron sus tiros en los palos
como para darle mayor incredulidad a la cosa. A los 11’ le quedó una pelota
dentro del área (era offside suyo cuando Fredes mandó el pase en la jugada
previa) y, solo frente al arquero, definió cruzado y por arriba.
Increíblemente, la pelota picó y rebotó en el palo derecho. Como si no fuera
poca la mala suerte, a los 42’ recibió la pelota en la medialuna del área,
enganchó y giró con la pelota y sacó un zurdazo furibundo. El balón pegó en el
travesaño, picó en el área chica y Mancuello, en el rebote, cabeceó por arriba.
De no creer...
“Quedan muchos partidos todavía. Esto es largo y con
trabajo y jugando de esta manera seguramente vamos a tener la oportunidad de
salvar la categoría”, reflexionó al final con un dejo de optimismo. Al menos,
la imagen que dejó fue positiva. Aunque no haya ligado nada, los hinchas lo
aprobaron.
Fuente Olé

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