Por Cristian Fernández
Estoy asqueado del personaje bíblico que entrega a
Jesús y del que se lava las manos, como Poncio Pilatos.
Harto de su presencia
en casi todos los sectores de vida, pero sobre todo en lo que respecta al Club
Atlético Independiente.
Hace unos días atrás el magnate de Viamonte, más
conocido como Don Julio, hizo una declaración que me crispó: “Lo que le pasa al
Rojo es culpa de los socios”.
En aquel momento me quejé. No obstante este domingo a
la noche me calenté. Perdí los estribos y creo que no los voy a encontrar más.
Ahora parece que este presente de Independiente tiene su origen en una “mafia”
que afecta al fútbol y sobre todo a nuestra querida Institución.
Algunos dicen
que nace desde la concepción misma de esta comisión, otros que viene desde AFA,
desde el Gobierno, desde el pasado y nadie se hace cargo de nada.
También lo apuntan a Gallego como el máximo responsable
y piden su cabeza. Que no sabe nada de táctica, que está perdido. Que sale a
atacar y se descuida atrás. Que con Quilmes salió a empatar y sólo jugó con un
punta. Que lo saca a Fredes, o que lo pone. Que Farías no hace goles y cuando
está en el banco se plantea que tiene que entrar.
A ver… Esta realidad nos está matando gente.
Yo no sé
cómo pueden ponerse a pensar en un cambio de técnico ahora.
Yo no sé qué gana
la oposición manifestando en forma abstracta el tema de una “mafia” interna.
Hablando que se acercan a ayudar y no los dejan.
¿Por qué esperan a que el
barco se hunda? Rédito personal.
Obvio que si Independiente desciende Comparada y
Cantero tendrán responsabilidades compartidas.
Todos. Nadie se salvará.
Inclusive Gallego tendrá las suyas como los jugadores, que en definitiva son
los que eligen patear alto o bajo, habilitar a un compañero o salir jugando en
ocasiones que “conviene” reventar la pelota.
Otro con el que tampoco concuerdo es con Bochini.
Ídolo
incomparable. Declarando deja mal parado a cualquiera.
El domingo a la noche en
radio AM 1070, aseguró no sentirse “responsable” porque no le consultaban las
contrataciones, sólo recomendó a Rosales. A las pruebas me remito. Obviamente,
también se encargó de Gallego pero esta vez por no salir a atacar como lo hizo
con Godoy Cruz.
En aquella noche muchos lo mataron por descuidarse.
O sea, la ambigüedad está siempre. El ventajista
también.
Esto es fútbol y si bien es impreciso por jugarse con los pies está
rodeado de materia opinable.
Cada hincha tiene su forma de verlo.
Lamentablemente está dirigido por inescrupulosos que tal la acepción de este
vocablo sólo buscan el rédito personal.
Lo que más me duele no es tener o no razón.
Seguro vos
que comentes esta nota estés en desacuerdo conmigo y comparto esa discusión. No
escribo máximas, sólo mi opinión.
Lo que más me duele es que no hagamos
memoria. La oposición sirve para eso y nada más, oponerse y sacar ventaja.
Comparada nos hundió. Cantero nos empezó a sacar y dio muchos pasos en falso
por eso ahora se llamó a silencio. Bochini se peleó creo que con más de la
mitad de los técnicos que pasaron después que él.
La llegada de Gallego era vox populi. Eran contados con
los dedos los que no lo querían. Y la multitud lo aclamó. Sí obvio que se
equivocó varias veces. Fue tozudo en dejar mucho tiempo algunos jugadores y en
confiar en otros. También la realidad muestra que es el único con una espalda
suficiente para este momento. Y que la pelota parada nunca está preparada.
En definitiva y el origen de estas palabras tiene otro
sentido. No intento vanagloriar a nadie ni sepultar a otros. Sólo les recuerdo
a todos aquellos que hacen negocio con Independiente o que prefieren su caída
pese a “llevar los colores en el alma”
que el Rojo, ése del que me hice hincha, no puede descender porque es Grande. Y
como tal hay que defenderlo ante todo. A esta altura somos los que estamos y
estamos los que somos… no hay otra. Hoy tenemos que mirar para adelante y
salir.
Mañana nos sentamos a cagarnos a trompadas. Pero hoy
hay que salvar a Independiente carajo y lo digo con lágrimas en los ojos,
escondido para que no me vea nadie y no tenga explicación… porque lo que siento
por el Rojo no tiene razón, sólo es amor. Y vos, el que lee y sufre también
sentís así y no nos damos cuenta que nos están a punto de fusilar, de
mancharnos con algo que no sale nunca más.
Fuente Infierno Rojo
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