Montenegro cumplirá 33 años en marzo.
Debora D’amato | ddamato@ole.com.ar
El enganche pasó a saludar y el Rojo, si Ramón da el sí,
hará las gestiones para que cumpla su cuarto ciclo en el club.
De chico soñaba con los guantes y un ring. Su mayor ídolo
era Víctor Galíndez. No se le cruzaba por la mente otra cosa, mucho menos lo
que posteriormente sería su profesión. Sin embargo, Dios le brindó otra virtud
y el destino le cruzó una pelota en su camino. Daniel Gastón Montenegro supo
lograr con los pies lo que soñaba hacer con sus manos y su carrera la realizó
en una cancha de fútbol, golpeando a la número cinco.
Hoy, ya se inició el operativo retorno. Los dirigentes de
Independiente quieren repatriarlo nuevamente, él está dispuesto a regresar (en
América de México, su actual club, anunciaron que el plantel completo es
transferible) y el sí definitivo para volver a vestir la casaca roja depende de
un solo hombre: Ramón Díaz. Ayer, cuando la práctica había terminado y casi no
quedaba nadie en el predio de Domínico, un auto negro, con vidrios polarizados
pero nada llamativo, estacionó en la zona destinada al plantel profesional. El
Rolfi, de pantalón y remera negra y los brazos completamente tatuados, entró al
vestuario. Adentro estaban el cuerpo técnico completo y Baldomero Alvarez, el
flamante candidato a presidente por el oficialismo. Hubo un diálogo de más de
cuarenta minutos. Luego, salieron todos juntos sin declarar nada al respecto y
sonriendo ante las especulaciones que ya estaban instaladas. “Sí vuelvo... a la
práctica de mañana (hoy) para saludar a los que hoy no encontré, je”, le dijo
el Rolfi a Olé , al momento de ser interrogado para conocer los pormenores de
la ¿improvisada? reunión.
Su paso por Independiente tuvo varios capítulos comparable a
una telenovela. Amores, rencores, odios, reconciliaciones,
indiferencia,reclamos y nuevamente amor. Pero lo cierto es que siempre que se
dio la chance de un regreso al Rojo, volvió. Su primera vez fue en el 2000 y
compartió plantel con su hermano. La gloria le llegó en la segunda etapa, pese
a que muchas veces está el prejuicio de que segundas partes nunca son buenas.
Pero, haciéndole frente a todo obtuvo el título del 2002, un campeonato para el
recuerdo. La última vez que regresó fue en el 2006 y su vínculo duró tres años.
Costó ese reencuentro porque en su paso por River, la gente de Independiente no
le perdonó su beso a la camiseta millonaria, tras un gol al Rojo y cansado de
los insultos de los hinchas de su ex club.
Hoy, su regreso depende de dos cuestiones: la aprobación del
DT y los números del contrato, que esta semana empezarán a tratar. Para el
próximo torneo se pueden incorporar sólo dos jugadores y Ramón busca un
enganche y un punta. Parece que el primero será un viejo conocido. ¿Se viene
Rolfi IV?
Fuente Olé

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.