Nicolás Larcamón, dirigiendo a Puebla, ante América, por el Torneo Apertura 2022 de la Liga MX, en el estadio Azteca (octubre de 2022)
Manuel Velasquez - Getty Images South America
Por Christian Leblebidjian
La historia del
entrenador que tuvo revancha desde el banco: lleva dirigidos más de 300
partidos; una osteocondritis lo obligó a dejar el fútbol con tan solo 22 años
Nicolás Larcamón nació en La Plata hace 39 años y ahora estará frente al desafío de su vida. Fue elegido como nuevo DT de Independiente hasta diciembre de 2025. ¿El candidato menos pensado? Lo cierto es que muchas veces es cuestión de ingenio, de analizar alternativas y jugársela (de parte de los dirigentes o secretarios técnicos) por profesionales capaces más allá de que hayan o no tenido una buena carrera como futbolistas. Larcamón estudió en Llavallol: jardín, primaria y secundaria. Una osteocondritis lo obligó a dejar el fútbol con tan solo 22 años, cuando era jugador de Los Andes. Cursó cuatro años de arquitectura, pero volvió al fútbol. Antes también había pensado introducirse en el mundo de la preparación física: “Reconozco que fue un camino atípico”, señala.
Empezó dirigiendo en Baby Fútbol, también en las infantiles de fútbol 11 en Nueva Chicago y en Banfield. Reserva de Chicago y luego lo que la gente sabe: se hizo conocido con un gran trabajo en Deportivo Anzoátegui, de Venezuela.
“Nos fue muy bien, ganamos dos copas. Tuvimos también el subcampeonato en el torneo Apertura. Siempre voy a estar agradecido a Venezuela porque fue el país que me dio la primera oportunidad de dirigir”, recuerda quien asumió el desafío con apenas 31 años. Y de ahí a Chile: lo llamó Deportes Antofagasta. Pese a su joven edad, suma más de 300 partidos como entrenador, tomando sus experiencias en Venezuela, Chile, México y Brasil.
“Tenemos una metodología, tanto para los
entrenamientos como en lo referente al liderazgo, el trato con los jugadores,
muy a la vanguardia de lo que requiere el futbolista profesional”, destaca.
Usa los
pizarrones en los entrenamientos más tácticos y también en la previa de los
partidos. Ya no la vieja tiza blanca sobre el paño verde, sino el marcador
negro sobre la base de plástico blanco: “No soy partidario de las formaciones
fijas porque hay una postura para atacar y otra para defender, incluso hay
desorden dentro de las transiciones. Pero sí se eligen puntos de partida que
luego pueden ir fluctuando en función del desarrollo del juego”, cuenta como
introducción a su metodología de juego.
“El sistema lo
defino más en función de cómo vamos a atacar y cómo vamos a defender. Cuando
tenemos la pelota puede ser un 5-2-3, con tres centrales, dos carrileros; un
doble 5; dos jugadores por afuera y un centrodelantero. Pero esto también puede
transformase en una línea de cuatro si uno de los centrales sube al medio o uno
de los carrileros baja”, explicó en una charla en México mientras causaba
revolución con Puebla.
Suele jugar con
un solo centrodelantero, pero si debe revertir un resultado quizás sí apuesta a
la fórmula del doble 9, retocando el sistema a un 5-3-2. Si juega 4-3-3, trata
de generar combinaciones para que haya sociedades entre los laterales y los
wines. Más allá de que no tiene experiencia en la primera división del fútbol Argentino, se lo podría encuadrar en los DT como Gabriel Milito, Sebastián
Beccacece, Pablo Guede y Ariel Holan por su forma didáctica de explicar y los
conceptos que trabaja para potenciar a su equipo.
Los cuatro años de arquitectura le dieron conocimiento, pero lo alejaban de la pasión. Se recibió en la Escuela de Directores Técnicos Nicolás Avellaneda y hasta fue profesor exponiendo en la materia ‘táctica y estrategia’. Quiere que los jugadores sepan desempeñarse en más de una posición:
“Sobre todo en planteles cortos,
donde es más difícil encontrar un especialista, entonces ahí es ver bien si en
un mismo jugador podés resolver cuándo necesitás un stopper o un volante de
contención”, cuenta.
Le gusta que el juego se inicie desde los arqueros y ensaya movimientos pre-establecidos para encontrar siempre al tercer hombre, el jugador que libere las zonas y permita avanzar y atacar colectivamente con más criterio:
“La salida desde el fondo me gusta como recurso, siempre entendiendo las posibilidades. No me gusta ser fundamentalista. Me gusta ver las posibilidades y a partir de ahí resolver, cuándo se puede y cuando no, cuándo hay más chances de perder que de ganar a partir de una decisión. En eso también analizar las variables del rival. ¿Te presionan alto o te dejan jugar? Eso también influye”.
Tiene
personalidad y le gusta entrenar al jugador a través del convencimiento. Pero
también demostró un carácter que a veces puede cruzar algún límite. En abril de
2023, Larcamón –por entonces DT de León- se peleó en pleno partido con Fernando
Ortiz, DT argentino de América de México, en el empate 2-2 por la fecha 13 del
torneo mexicano. Los dos entrenadores fueron expulsados tras un cruce caliente al
costado del campo de juego del estadio Azteca, que incluyó insultos y algunos
manotazos. Aunque después terminaron aclarando los tantos, en ese momento los
tuvieron que separar.
“Presión alta
ante la pérdida”, “amplitud” y “cambios de orientación”, son otros términos que
utiliza para generar los ataques en las etapas de entrenamiento. Movilidad para
que quien lleva la pelota tenga más de una alternativa de pase. “Si bien
tenemos que tener la alternativa de ser agresivos con un ataque directo, me
gusta cuando se elaboran situaciones de riesgo sumando pases, con buenas
triangulaciones, desmarques y poniendo a 5 o 6 jugadores en el área rival”.
Dejó una huella
en Puebla, pero en León consiguió su primer título al ser campeón de la
Concachampions en 2023 después de vencer por un global de 3-1 a Los Ángeles, de
la MLS. Luego su equipo jugó el Mundial de Clubes, pero la eliminación en esa
competencia, después de la derrota ante Urawa Red japonés, cortó el proyecto.
Más tarde llegó al Cruzeiro, donde alcanzó la final del torneo estadual de
Minas Gerais, pero lo echaron por perder el encuentro decisivo con el Atlético
Mineiro de Gabriel Milito.
En total suma 309
partidos como entrenador, tras sus pasos por Deportivo Anzoátegui (69),
Deportes Antofagasta (23), Huachipato (52), Curicó Unido (19), Puebla (81),
León (51) y Cruzeiro (14). Ganó 107, empató 94 y perdió 90, consiguiendo un
porcentaje de eficacia del 44,7%. Cuando fue despedido Gerardo Martino de la
selección de México, Larcamón fue uno de los entrenadores que estuvo en la
carrera para reemplazarlo.
¿El plantel que tiene en Independiente podrá adaptarse a su estilo? La primera ventaja que tendrá el DT es un receso largo, en donde tendrá mucho tiempo de trabajo para evaluar al plantel actual y, en función de eso, qué refuerzos o características solicitar para potenciarlo. Como anclaje, tiene a Federico Mancuello, con quien gestó una buena relación cuando lo dirigió en Puebla.
“Hubo un cambio de
posición, en mi juego. Con Nicolás (Larcamón) estoy muy agradecido porque me
hizo conocer otros detalles, me hizo creer que una faceta del juego a la que no
estaba acostumbrado y que era la de marcar y ejercer la presión”, lo elogió el
mediocampista zurdo.
“Cuando tomé la
decisión de renunciar a ser arquitecto y dedicarme al fútbol bueno, eran
proyectos diferentes. La decisión no fue fácil, sobre todo porque en aquel
momento la decisión no fue para dirigir primera división, sino para inferiores.
Había diferencias de sueldos, pero en ese momento creí que era lo mejor, lo que
más entusiasmo me despertaba como medio de vida. Tomé una decisión acertada y…
acá estamos”, recordaba Larcamón en una entrevista con MedioTiempo, de México.
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