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martes, 28 de mayo de 2024

No es lo mismo



Por Javier Brizuela



 El empate ante Vélez en el Bochini marcó el comienzo de una nueva era en el club.

 

Porque al menos desde las intenciones, no fue solo el debut del Coordinador de inferiores como reemplazante interino de Carlos Tévez.

 

El experimentado DT, tal como lo expresó en la conferencia de prensa, quiere que el partido de ayer sea el comienzo de una etapa en la que los juveniles del club tengan prioridad.

 

En parte porque ve material para trabajar y confiar, por eso lo de "hay tres categorías que van a aportar muchos jugadores a la institución".

 

Y además porque en el contexto en el que está Independiente, los recursos genuinos son la salida más sana que tenemos.

 

Más allá de esto, ¿qué se vio ayer? La realidad es que tal como se esperaba, no se vio un funcionamiento de juego muy diferente, ni un nivel superlativo al mostrado con el Apache como DT. Esto es obvio, no tenía porque suceder.

 

¿Esto quiere decir que no hubo algo diferente? No, para nada. Y no hablamos de la obviedad en el armado del once, con la inclusión de Lauti Millán en su primera convocatoria.

 

El mayor cambio se vio del medio para arriba, con un planteo, pero sobre todo un posicionamiento que le dio más apoyo a Gabriel Ávalos.

 

Al paraguayo se lo rodeó de jóvenes para descargar y tratar de ser directo, algo que benefició el juego del delantero. En realidad el que se vio más beneficiado es el equipo, ya que el exArgentinos siguió jugando mucho de espalda, pero ahora sin ir a disputar el balón arriba de manera irrelevante.

 

Y esto va en paralelo a que haya vuelto a convertir, porque lo hizo con un centro y ganando de arriba, algo que podría haber sucedido con Tévez tranquilamente.

 

Una cosa es usar a Ávalos para tirarle pelotazos con la única intención de sacar la pelota de nuestro campo, siendo "la idea" del equipo. Y otra muy distinta es aprovechar su juego aéreo, para bajarle la pelota a Millán, Santi y Tarzia, para que aprovechen su velocidad y traten de agarrar al rival mal parado atacando de forma directa y vertical.

 

Es cierto que no hubo una gran cantidad de llegadas, como que también a los pibes le falta. Es lógica pura, mientras menos se los ponga, más les va a faltar.

 

Y también es verdad, que el equipo se posicionó más adelante y trató de jugar más, siendo más generoso a la hora de arriesgar.

 

No es lo mismo.

 

Fuente Orgullo Rojo

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