Por Javier Brizuela
El empate ante Vélez en el Bochini marcó el comienzo de una nueva era en el club.
Porque al menos
desde las intenciones, no fue solo el debut del Coordinador de inferiores como
reemplazante interino de Carlos Tévez.
El experimentado
DT, tal como lo expresó en la conferencia de prensa, quiere que el partido de
ayer sea el comienzo de una etapa en la que los juveniles del club tengan
prioridad.
En parte porque
ve material para trabajar y confiar, por eso lo de "hay tres categorías
que van a aportar muchos jugadores a la institución".
Y además porque
en el contexto en el que está Independiente, los recursos genuinos son la
salida más sana que tenemos.
Más allá de esto,
¿qué se vio ayer? La realidad es que tal como se esperaba, no se vio un
funcionamiento de juego muy diferente, ni un nivel superlativo al mostrado con
el Apache como DT. Esto es obvio, no tenía porque suceder.
¿Esto quiere
decir que no hubo algo diferente? No, para nada. Y no hablamos de la obviedad
en el armado del once, con la inclusión de Lauti Millán en su primera
convocatoria.
El mayor cambio se
vio del medio para arriba, con un planteo, pero sobre todo un posicionamiento
que le dio más apoyo a Gabriel Ávalos.
Al paraguayo se
lo rodeó de jóvenes para descargar y tratar de ser directo, algo que benefició
el juego del delantero. En realidad el que se vio más beneficiado es el equipo,
ya que el exArgentinos siguió jugando mucho de espalda, pero ahora sin ir a
disputar el balón arriba de manera irrelevante.
Y esto va en
paralelo a que haya vuelto a convertir, porque lo hizo con un centro y ganando
de arriba, algo que podría haber sucedido con Tévez tranquilamente.
Una cosa es usar
a Ávalos para tirarle pelotazos con la única intención de sacar la pelota de
nuestro campo, siendo "la idea" del equipo. Y otra muy distinta es
aprovechar su juego aéreo, para bajarle la pelota a Millán, Santi y Tarzia,
para que aprovechen su velocidad y traten de agarrar al rival mal parado
atacando de forma directa y vertical.
Es cierto que no
hubo una gran cantidad de llegadas, como que también a los pibes le falta. Es
lógica pura, mientras menos se los ponga, más les va a faltar.
Y también es
verdad, que el equipo se posicionó más adelante y trató de jugar más, siendo
más generoso a la hora de arriesgar.
No es lo mismo.
Fuente Orgullo Rojo
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