Por Christian Ginko
Independiente tuvo autoridad durante los primeros 45
minutos y triunfaba 2-0, pero se olvidó de que el partido duraba 90 minutos y
terminó empatando. ¡De terror!
Jornada difícil, chiva, con lluvia y un rival que venía
por todo. Independiente y Talleres, viejos rivales, se volvían a enfrentar en
una definición, en la que los dos se la jugaban para meterse en los cuartos. El
Rojo tenía la espina de la derrota sufrida en Córdoba el año pasado, y esta vez
no podía fallar ante su gente. Esta vez, volvió a decepcionar.
De arranque, el Rey de Copas fue más ambicioso. Con Iván
Marcone como único cinco y tanto David Martínez como Adrián Spörle oficiando de
volantes, el local adquirió un juego más vertical, y les dio rienda suelta
tanto a Alexis Canelo como a Lucas González.
Así, en poco tiempo, avisó por medio del ex Arsenal, pero
su remate se fue amplio y el receptor no la pudo controlar. Luego intentó por
medio de Saltita, pero no consiguió encontrar el arco defendido por Guido
Herrera. Así hasta que, a los 34 minutos, el Tata recuperó un centro perdido,
tocó para González, y el jujeño mandó otro centro. Por atrás apareció Spörle
solo, y de cabeza marcó el 1-0. ¡Estalló el Libertadores de América – Ricardo
Enrique Bochini!
La T intentó reaccionar. Con algo de empuje y un Rubén
Botta herido en el orgullo, casi llega al empate. De hecho, por medio de un
tiro libre, el futbolista casi la clava en el ángulo, pero la pelota se fue
desviada.
Independiente siguió haciendo su negocio, e intentó
conseguir el 2-0 antes del descanso. En la última, afortunadamente, lo logró.
Luego de un centro, Martínez controló y remató. La pelota dio en la mano de
Miguel Navarro y, tras un chequeo en el VAR, Nicolás Ramírez dio penal y
expulsó por doble amarilla al rival. Alexis Canelo, desde los doce pasos,
decretó el 2-0.
El primer tiempo, 2-0 y con uno más, era el escenario
ideal, pero el segundo arrancó de la peor forma. Primero fue Federico Girotti
el que, mediante un derechazo lejano, descontó. Luego, de cabeza, Gastón
Benavídez igualó el encuentro. En solo seis minutos, al Rojo le destruyeron
todo lo hecho en 45.
De ahí en adelante, el ritmo fue monótono. Sin chispa,
sin ganas, Independiente volvió lentamente a ser aquel equipo temeroso de hace
varios años. El juego se redujo a sucesiones de pases intrascendentes, centros
a la nada misma, y desatenciones en momentos clave. Nada nuevo nada bueno.
Sobre el final, casi lo pierde. Talleres no había hecho
gran cosa, pero tuvo una que Girotti aprovechó para meter el 3-2. Vía VAR, el
árbitro chequeó, y lo anuló. Seguía 2-2, pero de nada sirvió.
Al finalizar el encuentro, solo fue otra decepción.
Independiente había sido un gran equipo en la primera parte, pero se quedó en
la segunda y terminó empatando. Falta de ganas, de actitud, lo que lo
caracterizó todo este semestre y lo caracteriza en estos tiempos. A varios
jugadores les queda enorme la camiseta, y no entienden la importancia de jugar
en el Rey de Copas. ¡Vergüenza!
Fuente
Infierno Rojo
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