Por Christian Ginko
El Apache
continuará en el Rojo, y tendrá un semestre para levantarle la cara al equipo.
La Copa de la
Liga terminó para Independiente. El empate con Talleres, que significó la
eliminación, generó mucha bronca y decepción, sobre todo por la forma.
Lamentablemente, no es nada raro si uno tiene en cuenta cómo venía el equipo, y
todo parecía indicar que era el final del ciclo de Carlos Tevez. Sin embargo,
la dirigencia lo respaldó, y ahora el Apache deberá superar una serie de
desafíos para demostrar su valía.
El primero de ellos, es darle una identidad al equipo, que tuvo un andar irregular. El Rojo tuvo partidos muy buenos como con Rosario Central, River, y el primer tiempo con la T, en los que fue dominador de las acciones. No obstante, también tuvo otros como con Deportivo Riestra, Huracán y Atlético Tucumán, por nombrar algunos, en los que demostró no estar a la altura. El DT deberá darle una identidad al equipo, y que sus dirigidos sepan por dónde ir.
Por otro lado, el
Apache debe recuperar jugadores. En el arranque del ciclo, ya había recuperado
a algunos como Matías Giménez Rojas, Iván Marcone, y hasta Joaquín Laso. En
este semestre que pasó, Alexis Canelo bajó el nivel, Gabriel Ávalos no fue el
delantero que fueron a buscar, Federico Mancuello sigue flojo, y Santiago
Toloza es otro que no pudo hacer pie. Estos son algunos casos en los que el
entrenador deberá trabajar si quiere mejorar el funcionamiento del equipo.
Tevez deberá
tener la vista puesta, también, en Villa Domínico. Discursivamente, habló de
darles rodaje a los chicos, pero su andar en Independiente se caracterizó por
darles minutos a los mismos experimentados que nunca le rinden. Hizo debutar a
Javier Ruiz, a quien relegó poco a poco, así como con Talleres mandó al campo a
Diego Tarzia por primera vez. Santiago López apenas sumó minutos con Laferrere,
y nunca más, así como Tomás Parmo fue al banco y jamás fue opción de cambio. Si
le dio muchos minutos a David Martínez, quien terminó como titular.
Y por último,
volver al plano internacional. Tanto en 2023 como en 2024, el Rojo quedó
relegado de las copas internacionales, habiendo sido la Sudamericana 2022 la
última que jugó. Por ello, Tevez debe depositar nuevamente al Diablo en las
copas, preferentemente en la Libertadores (hoy está a cuatro puntos).
Vale recordar que, en la segunda mitad del año, se jugara un torneo, lo que da un margen mayor para maniobrar. Sin la histeria de la inmediatez y la necesidad imperiosa por sumar puntos para entrar en cuartos de final, el Apache gozará de mayor tranquilidad para armar el equipo acorde a sus preferencias. Tal vez así lo entendió la dirigencia, y por eso se lo mantuvo en el cargo. Queda una bala más para ratificar la confianza en el proyecto, a no desaprovecharla.
Fuente Infierno
Rojo
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