Por Gustavo Grabia
Después de salvarse del descenso, el Rojo tiene una interna
peligrosa que se viene tejiendo desde 2021 y podría terminar de explotar
pronto.
Se hacen llamar Los Dueños de Avellaneda pero como mínimo
son Los dueños de Independiente. En otra muestra de su poder real en el club
Rojo, la facción oficial de la barra copó el predio de Wilde el lunes pasado y
además de pintar un nuevo telón y varias banderas y de tomar el lugar como
propio, hicieron un lienzo contra César Loquillo Rodríguez avisándole que nunca
más puede regresar a la tribuna y tratándolo de traidor y, como si fuera poco,
le enviaron un mensaje muy claro a Pablo Bebote Alvarez: si se acerca, “lo van
a cagar a tiros”, tal como se aprecia en el video filmado por la propia barra.
Porque la interna está más explosiva que nunca y en la Aprevide hay temor por
lo que pueda suceder en caso de que el equipo de Carlitos Tevez pase a cuartos
de final y deba enfrentarse con un rival en cancha neutral, porque allí ya no
hay opción: hay una sola tribuna y, por lo visto, ningún ánimo de compartirla.
Y todos aseguran que van a estar donde juegue el Rojo.
La interna estalló en septiembre de 2021 cuando Los Dueños
de Avellaneda, liderados por Juan Ignacio Lenczicki, alias Juani de Gerli, se
enfrentaron a tiros a metros de la sede de la avenida Mitre en plena tarde de
un día de semana con la facción “Somos Nosotros”, de César Loquillo Rodríguez.
Esa historia sumó meses más tarde a Bebote Alvarez, que hasta ahí miraba todo
desde afuera. Rearmó su grupo Los Diablos Rojos y también empezó a terciar por
el control de la tribuna Norte. A punto tal que el año pasado publicó un video
contando esto y asegurando que le iba a costar no más de cinco minutos
recuperar lo que fue suyo durante más de una década. Y como el enemigo de mi
enemigo es mi amigo, esa situación terminó por juntar a Loquillo Rodríguez con
Juani de Gerli. Eran todos contra Bebote. Y esa unión fue bendecida por la
gente de Seguridad y las autoridades del club. De esa forma, aún con un clima
de tensión y algunos hechos aislados de violencia, la tribuna de Independiente
tuvo relativa paz.
Pero eso se rompió por estos días. Hubo una discusión grande con Loquillo Rodríguez y el trípode de poder del paravalanchas oficial que manejan Juani, Mario Nadalich y Héctor Caniche Martínez decidieron echarlo. Bajo el eufemismo de traidor. El mismo que Bebote le endilga, por ejemplo, a Caniche, que supo ser su hombre de confianza tiempo atrás.
Loquillo dice otra cosa a TyC Sports:
“A mí no me echó nadie, yo me fui sólo porque no me gusta
como manejan las cosas. Yo no necesito plata de Independiente, estoy ahí porque
soy hincha. Ellos en cambio no”. El tema es que muchos que estaban con Loquillo
se quedaron y formaron otra facción. “Hay pibes que necesitan el protocolo para
entrar a la cancha, yo no los voy a juzgar”, dice Loquillo. Y esta grieta que
se abrió en la facción oficial fue vista como una oportunidad por el grupo de
Bebote.
Es más, en el último partido de local contra Instituto estalló todo: desde la tribuna Norte partió una bengala marina que afortunadamente fue arrojada hacia arriba y no lastimó a nadie. Ese tipo de bengala es por ejemplo la que mató en un Boca-Racing al hincha de la Academia Roberto Basile, en 1983. La barra oficial asegura que quienes la arrojaron ingresaron en el entretiempo con ayuda de la Seguridad y es gente de Bebote que les quiere crear un problema con Aprevide. Los Diablos Rojos y el círculo íntimo de Loquillo dicen que es parte de la propia interna de Los Dueños de Avellaneda. Lo cierto es que la Aprevide ya le avisó a la barra que se acabó el pacto donde mientras se portaban bien podían ingresar el cotillón: si bien no habrá clausura para la cancha no les permitirán más banderas grandes.
Ante esta situación, la barra oficial tomó la determinación
de mostrar su poderío pintando un nuevo telón, aún más grande. Y
envalentonados, hicieron banderas contra Loquillo y le prometieron sangre a
Bebote. Este último tema también tiene su razón de ser: por los grupos de
WhatsApp de la barra corría el mensaje que Los Diablos Rojos irían el lunes
pasado hasta Wilde a terminar con la historia, a provocar una guerra final para
ver quién se quedaba con todo. Un mensaje de Bebote en sus redes sociales
alimentaba la idea. Por eso la barra oficial estaba a la espera bien
pertrechada, aunque nada afortunadamente sucedió. Así las cosas, ahora los
violentos de Independiente se dividen en cuatro grupos: Los Dueños de Avellaneda,
Los Diablos Rojos, Somos Nosotros y Los Mismos de Siempre, que es el
desprendimiento del grupo de Loquillo que se quedó con la oficial. Cuatro
bandos para un mismo botín. Y una sola tribuna para compartir si Independiente
pasa a la fase final. La caldera del diablo está con el fuego al máximo y nadie
sabe qué puede ocurrir.
Fuente TyC Sports
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